Voy para casa y decido coger uno de esos ascensores que te
suben hasta el centro del pueblo, estoy fumando un puro, así que lo apago para luego volverlo a
encender, hay unas 9 personas esperando ,entre ellas una chica rubia de unos 47
años que no la había visto nunca ,y que le esta echando una bronca de miedo a
su novio, marido o lo que sea.Montamos en el ascensor mientras observo el tono
energúmeno de la mujer, que al
percatarse , dirige su mirada hacia mi mano derecha (donde llevo el cigarro) y
me llama la atención de muy malos modales con un sonoro: No sabes que aquí
no se puede fumar o qué coño?, su
acompañante levanta levemente la mirada y me hace un gesto como diciendo: No
hagas ni puto caso. El trayecto dura 10 segundos, así que decido hacer caso
al muchacho y no terminar la cosa como el Rosario de la Aurora.
Ha pasado una semana y estoy en pleno ataque folklórico
lácteo, en mi nevera solo quedan 10 yogures, mi vista compulsiva necesita ver
el frigorífico lleno (aunque luego no me los coma) me pasaba igual con las
cervezas hace años, con la diferencia de que estas volaban en un plis Plas.
Estoy en el súper
cargando el carro de yogures como un poseso, me sale espuma por la boca e
incluso murmullo frases en latín como la niña del exorcista, ya tengo
provisiones para unos días, me cruzo con el encargado del híper que me confunde
con un re ponedor, estoy en pleno éxtasis compulsivo, mi cara esta desencajada
y conduzco el carro como un temerario .Mi orgasmo lácteo folklórico se ve
interrumpido por los gritos de una mujer hacia una de las trabajadoras del
súper ,giro la mirada, y la mujer no es otra que la rubia del ascensor, parece
ser que el otro día compro una cabeza de cerdo y esta no cumplía lo que ponía
en el panfleto de propaganda que le llegó a casa, el bigote del cerdo para
empezar no estaba bien depilado ,y además sospechaba que el cerdo era musulmán
.Huyo despavorido del lugar y por fin llego a casa, una vez allí, me afano en
colocar todo el arsenal lácteo en riguroso orden de sabores, tengo que hacer
hueco, pues mi obsesión por comprar marcas desconocidas de gulas me crea un
problema de espacio, así que decido hacerme un bocadillo de gulas con chistorra,
yogures caducados con salsa de albóndigas y espinacas, mientras pienso….
Maldita rubia. Patxi Sagarna