lunes, 28 de diciembre de 2020

Terminar el año estornudando y a hostias

Cojo el autobús de las seis de la tarde que va a Donostia. Enfrente de mí, sentados, van una chica y un chico y, a mi derecha, un señor de unos sesenta y cinco años. Después de una rápida inspección ocular a los calcetines de los pasajeros me pongo el mp3 para amenizar un poco el trayecto. Tengo una obsesión enfermiza por esta prenda que cubre los pies. Poseo varias tesis, teorías y estudios, los cuales ayudan a adivinar o intuir la personalidad del individuo, el estado emocional, el tipo de trastorno o desequilibrio, frecuencia de la higiene etc. Y, todo eso, con un pequeño examen de la calceta. Estoy tan avanzado en el asunto que por el olor a pies de una persona puedo adivinar el tipo de calcetines que usa.

En el autobús va demasiada gente y para colmo se me ha colado un hilo de la mascarilla por la nariz y me han entrado ganas de estornudar. Hace no mucho no hubiera tenido la menor importancia, pero uno piensa que, tal y como están las cosas, ahora con tanto energúmeno, hipocondriaco, aprensivo y maniático obsesivo, estornudar en estas circunstancia puede costarte la vida o una manta de ostias o la cárcel. Seguro que no faltaría algún juez que te acusara de atentado contra la salud pública, con premeditación y alevosía folklorico-viral-homicida. Un estornudo se ha convertido en una acción terrorista. Estornudar o tener un simple catarro es el equivalente a llevar un cinturón de explosivos pegado a la cintura. Durante un momento he logrado despistar la acción con un leve movimiento de la mascarilla pero el amago de estornudo amenaza otra vez y ahora lo hace con mas fuerza. Estoy aterrorizado, muevo la mascarilla, abro la boca, mandibuleo, bostezo, me estiro de las orejas, respiro hondo, me doy pequeños golpes en la nariz, agacho la cabeza... pero nada. La cosa se pone fea, tan fea que recurro a una canción de Alex Ubago que, por lo general, suele tener un fuerte poder anestesiante y narcótico. Pero ni por esas. Totalmente desesperado decido cambiar de estrategia, me doy golpes en la nuca con la parte trasera del asiento, incluso llamo a un amigo por teléfono para ver si, de esta manera, hablando, mientras me doy pequeños coscorrones, el temporal amaina. Pero no hay forma. Miro en Google las diferentes formas de evitar un estornudo, la mayoría no están a mi alcance, y otras como mirar a la luz o morderse la lengua no me producen el mas mínimo alivio. Estoy totalmente agotado de tanto hacer el imbécil, de movimientos y muecas estúpidas, por lo que decido dejarme llevar por mis necesidades naturales y estornudar con la mascarilla puesta. Es una auténtica guarrada, pero son males menores. Me consuelo pensando en aquel colega mío que el día de su boda, mientras daba el si-quiero, le vino un estornudo, y como la noche anterior había empinado el codo mas de lo debido, con el esfuerzo, se cagó encima. Además, también cabe la posibilidad de que la gente se apiade de mí y la cosa no pase de un simple rapapolvo y unas cuantas miradas de enfado. Llega el autobús a la siguiente parada y, por algún motivo que desconozco, se queda prácticamente vacío. Estoy totalmente solo en la parte de atrás, tengo la sensación de estar en el paraíso. Dé repente, escucho el estornudo de una señora que va en la parte delantera, seguidamente estornudo yo, nos miramos, sonreímos y por fin llega el autobús a Donosti. Patxi Sagarna 



sábado, 5 de septiembre de 2020

LA MUERTE EN UN BOCADILLO DE TORTILLA DE PATATAS

En un completo ataque de "nostalgia informativa" decido acercarme hasta el quiosco y comprarme el periódico. Al llegar a casa, y mientras frío unas patatas para hacerme una tortilla, le echo una ojeada de forma afanosa. No hay nada interesante, así que echo un vistazo a la programación televisiva para ver si en la Sexta echan alguno de esos films de tiburones que vuelan, que tienen ocho cabezas y que se peinan a ralla. Como me he saltado la mitad de las páginas, vuelvo a echar otro vistazo; esta vez al revés: desde el final para atrás. Al llegar a las esquelas me llevo un terrible sobresalto: veo la foto de un conocido al que hacía años que no veía. Como es habitual en estos casos, durante unos segundos pongo cara de compungido (es un simple gesto mecánico sin apenas carga emotiva real), después doy paso inmediatamente a la curiosidad, las suposiciones, a las causas del deceso, que es lo que al fin y al cabo me va a consolar o me va a terminar de acojonar. Parece ser que un accidente ha sido la causa del infortunio. Por lo que me entero, iba conduciendo como un temerario y de forma imprudente. No es que me alegre, pero mis temores se sosiegan lo suficiente como para tranquilizarme y, sobre todo, para seguir justificándome, una vez más, ciertos hábitos, vicios y consumos. Al fin y al cabo, la mente de cada uno es el arma perfecta para excusar todo tipo de desbarajustes propios y, a veces, también ajenos. Hay más de veinte esquelas en su memoria y, teniendo en cuenta que el tipo no me caía nada bien, la mayoría de ellas me resulta un poco ofensivas y molestas para mi ego. 

Me llega el wasap de un amigo: es uno de esos tantos vídeos jocosos sobre el virus,. No dura más de treinta segundos, pero es tiempo más que suficiente como para que me olvide de la"tragedia" anterior. Termino la tortilla de patatas, pruebo un trocito para saber si está todo lo jugosa que a mí me gusta y el resto lo pongo en un bocadillo para almorzar al día siguiente. De repente, me doy cuenta de que he envuelto el bocadillo con las páginas de las esquelas del finado. Me entra cierto remordimiento y sentimiento de inquietud. Mientras, observo que la cara del difunto se desfigura y sufre una especie de metamorfosis debido a los flujos amarillentos de la tortilla de patatas, que se esparcen lentamente sobre el papel. "Imagínate" -me digo para mis adentros- "que tus necrológicas terminaran sirviendo de envoltorio a una bacanal de fritanga o, lo que puede ser peor, que agonicen en los wc de cualquier tugurio mugriento, infecto, en forma de papel de baño, y que mi cara vaya a finiquitar sus últimas horas  estampada en algún culo congestionado por densas defecaciones". Desde entonces, es como si me persiguiera algún tipo de maldición. Cada vez que casco un huevo me sale el rostro del difunto: deforme, con mirada perturbadora, sonrisa esquizofrénica, ojos amoratados y con un disco de George Dann entre las manos. Patxi Sagarna.




     

   

domingo, 30 de agosto de 2020

El doctor Smith, la doctora Johnson, Manolo y Cristina.

Escucho a un montón de pedantes y resabid@s tertulian@s decir eso de que España se tiene que reinventar en lo que a turismo se refiere. Evidentemente, est@s lumbreras televisivos no dicen cómo, claro, no tienen ninguna fórmula que no sea la de hablar y hablar para rellenar tiempo y programa. Pero en opinión de algun@s  de estos parásitos no es bueno que se tenga tanta dependencia económica de los guiris. Y los muy desvergonzados lo dicen ahora después de llevar años aguantando desmanes, temeridad, balconing y otras salvajadas  por parte de ese turismo barato y de borrachera  que ve en  España un paraíso para practicar la indisciplina y el caos. ¿Os imagináis a un español borracho saltando encima de un coche o haciendo balconing en un hotel de Niza, Alemania, París o Bélgica?. La primera manada de hostias le vendría por parte del director o la directora del hotel y los emplead@s, a la que se sumaría seguramente algún respetable cliente. Acto seguido, la policía le abriría el atestado correspondiente y después de pasar la noche en el calabozo  lo mandarían para España, calentito con una multa de quince o veinte mil euros. Pero en España no. En España un guiri vale su peso en oro pero no solo en cuestiones turísticas, sino también culturales. Un grupo de música extranjero en horas bajas puede seguir haciendo su agosto en España tranquilamente, al igual que actores agonizantes y otros ineptos  miembros de la farándula. En España un Smith o un Johnson aún causan furor y respeto. Para ellos, España es el vecino  tonto  donde se sienten cómodos porque todavía se les hace la pelota. Un país de palurdos e incultos en donde sólo se habla de fútbol, de la mili, de Belén Esteban y poco más. Un amigo mío me decía que, cada vez que hay una cumbre europea o similar, sufre viéndole al presidente español de turno limando sus complejos,  intentándose abrir un hueco entre sus vanidosos y presuntuosos homólogos. Con el dichoso virus pasará otro tanto de lo mismo. España no es un país fiable en ningún ámbito, en semejante vertedero no se está seguro ni con virus ni sin él. Así que, al final, no  quedará más remedio  que pedir auxilio y ponerse en manos de algún Smith o  Johnson, éso si no acabamos antes a hostias los pro-mascarillas y los que piensan que todo ésto es un cuento y no chino precisamente. Aunque el doctor Manolo o la doctora Cristina Pérez Núñez sean una eminencia en lo suyo, jamás podrán competir con las conclusiones que saquen el doctor Smith o la doctora  Johnson. Da igual quien gobierne, no es una cuestión de izquierdas o derechas. El sentimiento de inferioridad es algo que  está enquistado ya en el propio ADN del ciudadano español. Y a éso ha contribuido toda la clase política española, ¡toda!, que ha hecho pasar una y mil veces vergüenza ajena a sus resignad@s ciudadan@s. Por éso en este país hay tantos cargos estériles, improductivos, tanto tertuliano, tant@ expert@ en todo, para dotarle a la nación  de un ficticio aire de "seriedad" y  "eficacia"  frente a los ojos de los vecinos extranjeros  y que al final no son más que escalofriantes despilfarros de dinero público.

Un ejemplo de cómo funcionan las cosas aquí lo tenemos con la inminente vuelta a las aulas. España parece que, de acuerdo con las comunidades autónomas, ha resuelto que en los centros escolares  habrá un cargo al que se le denominará  Coordinador-a del centro COVID, que aparte de ganar un sueldo de mil pares de narices no sé qué funciones podrá  tener más allá de poner el termómetro en la frente a los cri@s. Pero en este país de acomplejados somos expertos en crear "cargos relevantes" que no valen absolutamente para nada (como coordinador, asesor, directores, gerentes y demás madrigueras de vividores). Cargos que después ocupan un montón de enchufados, inútiles, ignorantes, incompetentes y que, como decía antes, nos cuestan un ojo de la cara. Ahora sólo nos falta cambiarnos los apellidos por el de  Smith o  Johnson. Patxi Sagarna 





lunes, 27 de julio de 2020

EL COVID 19 JUBILA A LAS ESTRELLAS DEL ROCK

El otro día  escuchaba  que  era mas que probable que los grandes acontecimientos rokeros podrían no ver la luz hasta el 2022 . Parece ser que  el 2021, tal y como están las cosas , se antojaba precipitado (para algunos organizadores y empresarios del sector)  poner en marcha todas las infraestructuras necesarias para la realización de estos grandes eventos .
 Joe Elliot , cantante de Def Leppard , tampoco se atrevía a ponerle una posible fecha a su vuelta a los escenarios . Otras bandas han retrasado la salida de sus nuevos trabajos hasta el 2022 .
Entonces  me puse a pensar que , por edad , para muchas bandas míticas el 2022 puede significar casi el fin . Por ejemplo: Mick Jagger y Richard se situarían ya en los 78 años . Su baterista Charlie Watts en los 81.  A Paul McCartney le caerían los 80 encima . Steven Tyler de Aerosmith (los cuales estaban anunciando su retirada de los escenarios) cumpliría los 74 , los mismos que Klaus Meine de Scorpions .Estos últimos fueron los que  engañaron a sus fans  no hace muchos  años  vendiéndoles  el cuento de que esa era su gira de despedida , y de esta forma duplicar el precio de las entradas , para después comunicar a sus estafados seguidores que  se lo habían pensado mejor y que de retirarse nada de nada . Tampoco el tiempo corre a favor del "rubiales" y tacaño  Rod Stewart , que  después de superar no hace mucho un cáncer de próstata , también le caerían 77 primaveras . Patti Smith celebraría su 75 cumpleaños , dos mas le caerían a su colega de Blondie Debbie Harry . Lita Ford , que se situaría en los 63 , todavía podría aguantar el tipo , como algunas otras bandas de los 80 . No lo pasaran nada bien aquellos a los que el " glamour " rokero  se les había subido a la cabeza y ahora se ven cerca de la cola del paro firmando algún que otro autógrafo . En definitiva , parece ser que la "cuarentena" para algunos se antoja un poco larga .Yo mientras me comeré un bocadillo de lentejas con gominolas y acelgas turkas con salsa de mejillones rebañados con callos. Patxi Sagarna.

domingo, 24 de mayo de 2020

MELODÍAS MUDAS

La luna apreció con el rostro sofocado .
El mar se abrigaba para la ultima tempestad .
La desconfianza por fin se estableció en su memoria .
La distancia buscó amparo en el infinito .
Jamas volví a pasear por aquella travesía .
Mis oídos se olvidaron de los ladridos de la madrugada . 
Me he retirado a mi Reino , donde las melodías se han quedado mudas .
Donde la vida renacerá con otro significado .
No se puede ser cautivo del desprecio .
No se puede ser recluso del ultraje .
Pero ahora estoy lejos ,tan lejos , que no puedo recordar nada .
Patxi Sagarna 


domingo, 12 de abril de 2020

EL PODER DE LA RAZÓN Y TÚ



Desde que empezó todo ésto, soy consciente de lo sensibles que somos al poder de la razón. Antes de sacar nuestras propias conclusiones, nos emborrachamos con un sinfín de teorías (algunas absurdas) pero que, a modo de trampolín, nos sirven para llegar a formar una opinión. 
Lo peor de todo es que este tipo de especulaciones suelen ser más o menos razonables, cuando no convincentes, aunque en la mayoría de los casos lo que ocurre es que ante la sensibilidad del momento nos mostramos fácilmente manipulables, cambiantes ante tal avalancha de hipótesis. Ésto termina produciendo una sensación de vulnerabilidad que generalmente termina en una crisis de pavor. A partir de ahí, cuando el miedo y la confusión son parte del pensamiento y del sentir de una persona, es cuando ésta es fácilmente manipulable. 
Ya no importa si el virus proviene de China, Rusia, Corea o de Santurce, porque tú ya estás aterrorizado y el miedo es conformista. El miedo no quiere más miedo. Y así, para quitarte esa sensación de pánico, recurrirás a otro sinfín de creencias un poco más estimulables, pero igual de confusas que genera una sensación de alivio ante tanta aprensión. De esta manera tan simple, usted y yo nos convertimos en pasto del complot o de la confabulación de unos cuantos lumbreras.
Yo, por si acaso, me comeré un bocadillo de mortadela con revuelto de callos y riñones en salsa de uñas de cangrejo depiladas.
PATXI SAGARNA

domingo, 5 de abril de 2020

SOLO PASABA POR AQUI

Solo pasaba por aquí para ver como el miedo se acuesta con la ingratitud.
Solo pasaba por aquí para tomarme una copa y desorientar la rutina.
Solo pasaba por aquí para pedirle prestado a la muerte.
Solo pasaba por aquí para herir un poco mas al fracaso.
Solo pasaba por aquí para camuflar la envidia con vino.
Solo pasaba por aquí para despistar el pasado en un laberinto.
Solo pasaba por aquí para convertir un instante en una eternidad.
No pases por aquí.
Patxi Sagarna

Los tutoriales de TOHIBI

Me dispongo a instalar algunos programas en el ordenador.Como tengo dudas de la forma de su puesta en marcha y funcionamiento recurro a uno de los miles de tutoriales de todo tipo que hay por la red,en youtube concretamente. Nada mas exponer la primera cuestión ,me salen un sin fin de vídeos que ,supuestamente me van a despejar todo tipo de dudas. Elijo uno de un tal Tohibi. Tohibi es latino y ya conozco como se las gastan los latinos en este tipo de consultas...Paciencia
Tohibi empieza el tutorial para la instalación del  programa diciendo que primero hay que tener un ordenador y enchufarlo a la red eléctrica(se le ha olvidado comentar que hay que tener dinero,ir a la tienda y comprar el ordenador).Empieza a dar las primeras explicaciones sobre la instalación y, mientras lo hace, comenta que a el su prima le enseño el funcionamiento de dicho artilugio. Tohibi hace un parón para comentar que su prima es de Perú y que se caso con un español y vive en Teruel. Mientras tanto,abre una carpeta para mostrar un sin fin de fotos de su prima,su marido,los suegros,los vecinos,la casa y de Teruel,a la vez que deja claro que España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles. Después de este lapsus familiar ,Tohibi prosigue con las explicaciones oportunas sobre el programa."Hay que ir a archivos"-prosigue-y en archivos buscar una carpeta con el nombre"...y se calla.Se hace el silencio unos segundos,se oye una voz de fondo.Tohibi retoma  y aclara que el de la voz  es su padre,que nació en El Salvador,que vivió allí hasta los 37 años que conoció a su madre etc . Mientras el amigo Tohibi rememora las andanzas de su progenitor,yo me levanto,fumo un cigarro,me tomo un cola cao,charlo con un amigo por tlf y hago la compra en el Eroski. Retomo al asunto,veo que la pantalla la ocupa un señor mayor que no es otro que el abuelo de Tohibi. Después de veinte minutos hablando del anciano,Tohibi retoma el tema.Comenta la necesidad de instalar un anti virus concreto para que funcione bien el sistema porque a su amigo Ángel ,que hace música por ordenador , el programa X le dio un montón de problemas,momento que Tohibi aprovecha para abrir una carpeta y mostrarnos todos los grandes éxitos musicales de su amigo.No contento con eso, desgrana una a una la vida y milagros de cada uno de sus colegas,y todo eso con música de regueton de fondo.Me voy a comer,echo una siesta,veo una película,meriendo Echo un vistazo para ver como va el tutorial. A Tohibi se le cierran los ojos ,esta charlando con un amigo por skipe que se ha unido al remenber instalation- family.Tohibi lleva 11 horas y media de tutorial y aun queda lo mas complicado.Decido abandonar al amigo Tohibi y echar un vistazo por otro lado.Encuentro una web donde me explican de manera muy simple los tres pasos que hay que dar para instalar el susodicho programa.Por fin, misión cumplida,el programa ha sido instalado satisfactoriamente...Pero yo echo de menos a Tohibi. Mientras, me como un bocadillo de menestra con alas de murciélago en salsa de rábanos con callos de Elche y puré de kaka de codorniz. Patxi Sagarna

viernes, 3 de abril de 2020

DIME AQUELLA CANCIÓN QUE CONSIGUE TRASLADARTE

Creo que, pocas veces he sido consciente del poder de la música a la hora de trasladarte a escenarios pasados, a momentos que si no fuera por esa canción concreta serias incapaz de recordar. Esa melodía que hacia años que no escuchabas, de repente, tiene la capacidad de reconciliarte con algún pasaje concreto, un aroma, una situación. Es capaz de situarte  en el minuto exacto de algún lugar. Te permite olfatear en el pasado con una intensidad exquisita. El momento es mágico  pero breve, como si la nostalgia tendría la suficiente inteligencia como para no dejarnos distraernos  mucho tiempo en su regazo y, de paso, no convertirse ésta en un ejercicio de desgarro emocional, en una peligrosa luna de miel al pasado. Tambien, es cierto que, tiene un efecto agradable y hasta sedante si uno lo administra bien y en pequeñas dosis, porque un abuso de añoranza o morriña puede ser el termómetro de que algo no va bien, dé que uno va camino directo a un especie de desorden anímico folclórico emocional , y que le puede terminar invadiendo una sensación un tanto deprimente o de excesiva melancolía. La música no te va a devolver nada de lo que perdiste, no te va ha dejar volver atrás a recuperar aquel tiempo perdido, mal  gastado o simplemente vivido. Pero mediante su magia, podrás hacer pequeñas incursiones en tu interior en forma de memoria o recuerdo.
La melodía, te permite abrir tu libro "de cuentas" de vez en cuando para echarle un vistazo y hacer balance. O simplemente ,te concede el privilegio de rememorar, de recordar lo que eras y como eras cuando sonaba aquella canción que, quizás, en ese momento, no le diste demasiada o ninguna importancia, y que sin embargo ,ahora,  adquiere un valor emotivo especial. 
Aquí os dejo una de esas canciones a las que yo jamás le di la mas mínima importancia, y que sin embargo, ahora, me reconecta de una forma muy grata con una época .  Mientras ,me comeré un bocadillo de lentejas con croquetas de mosca rebozadas en salsa de tomate con vainas y patê de anguila con mermelada.Patxi Sagarna
https://www.youtube.com/watch?v=xuZA6qiJVfU

martes, 31 de marzo de 2020

Para ser un HEAVY hace falta ser idiota?

Para ser un HEAVY ¿hace falta ser idiota? En estos días de encierro total donde da tiempo para mucho, me he dedicado (entre otras cosas) a revisar algunas películas que tienen como trasfondo algún contenido musical. Después de echar un vistazo a algunos de estos films, he sacado una conclusión: para ser heavy ¿hay que ser idiota? Cada vez que un director de cine quiere incluir en su cinta la temática o a algún personaje afín al mundillo del rock duro o similares, generalmente los caracteriza de una forma muy alejada de la realidad. O dicho de otra manera: los fanáticos, fans o admiradores de este estilo de música no salen muy bien parados. El personaje en cuestión se muestra como un-a auténtic@ analfabet@, alguien con pocas luces, ignorante, embrutecid@, desaseado, mugriento, machista, vago, drogadicto... Parece ser que, para arrancar una carcajada a los espectadores, a veces es necesario humillar a un colectivo de personas a quienes les une el gusto por un determinado estilo musical. Pero también es cierto que a ciertos "artistas" cada vez que les ponen una cámara o un micrófono delante es como si sufrieran una especie de alteración de la conducta, no sé si contagiados por la estupidez de los medios o porque simplemente son estúpidos, potenciando así, hasta el empacho, una pose que en ocasiones raya lo ridículo, con un vocabulario forzado, fuera de tiempo o atascado en los 80, sin gracia alguna (aunque se empeñen en creer que tienen dotes cómicas) que muchas veces sonrojan hasta al ser más invulnerable del planeta. Es como si el ponerse una chupa negra llevase implícita la obligación de volverse un autentico gilipollas. En fin... Confiemos en que algún día algún director de cine mas cercano a la realidad nos muestre el autentico espíritu, alma e idiosincrasia de esta gran familia. Yo, mientras tanto, me comeré un plato de pimientos rellenos de boñigas de mamut con guisantes y salsa de callos con diarrea de dilophosaurio. Patxi SAGARNA FELIZ ENCIERRO.

lunes, 23 de marzo de 2020

EL EXPERIMENTO COVI-JO


El otro día, en una de las tantas comparecencias del Gobierno para "informar" sobre la crisis del coronavirus, me llamó especialmente la atención el lenguaje bélico utilizado por el jefe del estado mayor, el general del ejército del aire Miguel Angel Villaroya, quién definió la actual situación como una guerra en la cual los ciudadanos desempeñábamos el papel de soldados. Mire, señor general estrellado, ni ésto es una guerra ni yo uno de sus soldados, entre otras cosas porque detesto la institución a la que usted representa. Además, en una futura o posible cruzada (esta no lo es), si llegara ese momento, ya elegiré yo el bando, la bandera o el virus por el que deseo luchar y a las ordenes de quién, que seguramente no serán las suyas. Le recuerdo, también, que a su infame ejército se le destinaron el último año mas de 8.500 millones de euros, el doble de lo que se le asignó a sanidad y casi cuatro veces más de lo que se invierte en educación. Usted y toda su tropa, señor general, me parecen tan infames como lo es el rey emérito, Amancio Ortega y toda esa patulea de empresarios, quienes teniendo empresas más que solventes y con beneficios millonarios, han aplicado un ERTE a sus trabajadores. Pero, bueno, señor general, he de reconocer que su plan ha calado hondo en algunas mentes simplonas y aburridas, quienes se han plantado en sus balcones ejerciendo el papel de fieles centinelas al servicio de la Patria. Esos mismo que se han convertido en insolidarios de supermercado, los mismos que llenan sus carros de glotonería, ansiedad y miedo. Vaya usted a saber, señor general... Este país de imbéciles puede que le dedique un sonoro aplauso de balcón uno de estos días, uno a usted y otro al vil Amancio Ortega y los mariachis del ERTE. Eso si, señor general, le recuerdo, por última vez, que ésto no es una guerra, porque de ser así yo estaría en la calle y no precisamente comprando papel del baño o en el Mercadona. Estamos siendo parte de un cruel experimento. Alguien, para un futuro fin concreto, necesitaba resolver la ecuación de si se puede confinar al mundo entero dentro de sus casas durante un tiempo determinado, bajo una especie de estado de excepción "consentido" . El tiempo dará respuestas a éstas y más incógnitas, pero para entonces los bares ,el futbol etc, se habrán encargado de hacernos olvidar que durante unas semanas fuimos ratas de laboratorio. Yo, mientras, me comeré un bocadillo de pimientos con garbanzos y salsa de calcetín usado. Patxi Sagarna