domingo, 2 de octubre de 2022

LA GUERRA ENTRE ELCHE Y SICILIA

 Como últimamente hay que decir las cosas en una dirección porque si no te cierran el chiringuito, vamos a contar una historia haciendo un símil.

Supongamos que Elche y Sicilia entran en conflicto por un quítame allá esas pajas. Como la diplomacia, después de muchas idas y venidas, hoteles caros y comilonas, no consigue apaciguar el asunto, se declara la guerra entre Sicilia y Elche. Sánchez, al que la corbata le sigue apretando el cuello aunque no la lleve, da una rueda de prensa con carácter urgente por televisión, con una camiseta del Betis en un error sin precedentes de sus asesores de imagen. Españoles, creo que estamos en guerra, y dice "creo" porque aún no acierta a adivinar muy bien dónde narices queda Elche. Aun así y en un alarde de eficacia y experiencia en conflictos bélicos, ha decidido mandar a la zona dos compañías de la legión con tiragomas KB (kale borroka) para repeler cualquier tipo de agresión de la artillería siciliana. Todos los medios de comunicación se hacen eco de la devastadora noticia suspendiendo su programación habitual, para dar paso a interminables espacios sobre el conflicto. Y ahí estas tú, sentado en el sofá, compungido y abatido por la terrible noticia, y de paso intentando situar a Elche en algún lugar del universo. Aún así haces lo que todo patriota debe hacer en estos casos y que no es otra cosa que salir a la calle y comprar en algún bazar una bandera de Elche para colgarla en el balcón. Y así pasan los días hasta que decides ir al supermercado y te encuentras con la sorpresa de que el aceite ese guarro para fritangas que valía hace unos días un euro, ahora vale tres y pico, y es que el aceite parece ser que tenia las refinerías en Elche, al igual que las alubias de Tolosa, el vino de la Rioja, la morcilla de Burgos y las alcachofas de Tudela. Todo, de la noche a la mañana, se fabrica en Elche o tiene que pasar necesariamente por allí para algo. Pasa lo mismo con la harina, el trigo, el carbón, el espagueti western y Eurovisión. La bolsa de la compra se encarece mientras tu cabeza no acierta a pensar muy bien el por qué. No te cuadran las cuentas, ni las de la compra ni las de los motivos que te dan para justificar la subida. Pero los tertulianos hacen hincapié en que como Elche (al que algunos sitúan cerca de las Azores) es un lugar estratégico, se prevé una crisis a nivel mundial. Los mandatarios de todos los países que conforman la OTAN se reúnen de urgencia para, de manera conjunta, parar los pies y las faroladas a los independentistas sicilianos, de los que se sospecha que están apoyados por el gobierno de Zimbabue. Mientras tanto, la gasolina, el gas, la farlopa y la luz se ponen también por las nubes por culpa de la dichosa contienda. Los vuelos de Bilbao a Paris o Londres se ven obligados a subir los precios porque, como ahora no pueden pasar por el espacio aéreo de Elche, se han visto en la obligación de tener que andar dando rodeos por Nebraska. El Paris-Dakar suspende también su edición pues parece ser que un tramo de la carrera pasaba forzosamente por Elche y la organización no quiere correr riesgos innecesarios. Hollywood suspende la gala de los Oscar pues, según informan sus responsables, las estatuillas se fabricaban en Elche, y, además, la mayoría de los nominados de este año eran ilicitanos y en un comunicado han rehusado compadecer porque se han alistado voluntariamente en las tropas en un gesto folklórico-heroico. Como es natural, Elche sigue acaparando todas las conversaciones aunque, a estas alturas, se siga sin saber situar a ciencia cierta a esta ciudad en ningún lugar del planeta. Algunos la ubican  cerca de la Sierra de Cazorla, otros en una ladera de los Montes Carpados, los conspiranoicos sospechan que se oculta en el Área 51,algún historiador cerca de Jerusalén según el evangelio de San Dimitri Jones, y el fantasmagórico Iker Jiménez (que siempre barre para casa) la sitúa cerca de El Triangulo de las Bermudas.  Ni si quiera los meteorólogos lo tienen claro, pues no  han mencionado la climatología de Elche desde que se inició la televisión allá por 1948. 

En definitiva, tenemos guerra para rato. Yo hoy me iba a comer un simple pintxo de ensaladilla rusa pero no está el horno para bollos, y menos si los bollos son de Elche. Patxi Sagarna