Es cierto, en este país no hay corruptos no nos equivoquemos. Y me explico. La jerarquía, categoría o rango de los políticos en este país en los últimos años se divide mas o menos en tres niveles. Están los medio bobos, los bobos y los muy bobos. Por debajo de estos últimos, de los muy bobos, hay otra fauna a la que yo llamo los imbéciles del bajo astral, son fácilmente reconocibles por las redes sociales, da igual en la ideología en la que te muevas. Estamos acostumbrados a que, este país, lo dirijan bobos. Todos sabemos que es lo que pasa si a un bobo le das poder y autoridad. El bobo se cree inteligente, se cree que ha llegado hasta ahí por méritos propios y por su gran talento. Y como el bobo es bobo pero no lo sabe, le empieza a salir lo soberbio, se viene arriba, se envalentona, esta abrumado por su éxito y empieza a meter las manos en la caja. De repente tenemos al bobo con coche oficial, dos pisos y un chalet, putas, cocaína, enchufes varios, viajes, portadas, entrevistas en televisión y un circo mediático a su alrededor digno de una mega estrella de cine. Y como la arrogancia ya se ha adueñado de el y sigue siendo bobo o muy bobo, se le empieza a ir la boca por teléfono con la puta de turno o con el compadre de partido que también es medio bobo o bobo entero como el. Llegan a tal punto de altanería, despotismo y derroche que, hasta el picoleto mas tonto recién salido de la academia sabe que ahí se cuece algo raro y que las cuentas no cuadran. Pero como el bobo cuando esta en su máximo esplendor se cree invencible e invulnerable, aumenta sin ningún rubor el nivel de sus bobadas, su bravuconería y su fanfarronada. Pero siempre llega un momento en que, por intereses políticos, fangos y barrizales diversos entre bobos, la cosa termina estallando. Y es entonces cuando al bobo le vemos la verdadera cara de bobo y nos hacemos eco de que, las bobadas de los bobos nos han costado una fortuna. Pero lo malo que tenemos es que, cuando nos cansamos de un bobo o lo destapan, recurrimos al mal menor que no es otro que, un medio bobo, porque en ese momento el medio bobo comparado con el bobo o con el muy bobo nos parece un lumbreras. Y así sucesivamente. Y ahí los tenemos, acostumbrándonos a su patetismo, a sus sonrojantes improvisaciones, a sus discursos vergonzosos, a su infundio, a su insolencia, a su atrevimiento ridículo, a sus invenciones espantosas, a sus penosas situaciones embarazosas por bobos e ignorantes.
En definitiva, no eran corruptos, eran bobos borrachos de notoriedad y gloria, aparentado frente a la sociedad ser influyentes, necesarios, ingeniosos. . Pero bueno, si hay algo que producimos bien en este país es bobos. Somos una empresa de engendrar bobos, y lo que es peor, de alimentarlos, de ensalzarlos, de ovacionarlos, y hasta de auparlos gratuitamente al poder. Que bobos somos joder !.Yo mientras me comeré un bocadillo de hígado de mosca domestica con salsa de pelos de sobaco de caracol con riñones de besugo de Jaén. Patxi Sagarna.
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