Tengo un montón de amigos al borde de la neurosis obsesiva,
pero de entre todos el que se lleva la palma es Paco, un hipocondriaco
maniático obsesivo compulsivo. Paco, es de esos que cuando pasó lo de la gripe
aviar no salía de casa, y cuando lo hacía lo hacía con mascarilla. Hubo una
época en que nos llamaba tres veces al mes para que nos juntásemos todos, so pretexto
de que tenía alguna enfermedad terminal y se quería despedir de los amigos,
cuando lo que tenia era simplemente un leve catarro, una gripe , una resaca como
la copa de un pino o alguno de sus fatales y perturbados auto diagnósticos. No hace
mucho me llamó a las seis de la mañana para decirme que estaba aterrado, había
notado que tenía un pequeño bulto en el mentón y que se iba a urgencias, que se temía lo peor, y lo peor no fue más que una espinilla que se le había
infectado. Para entonces ya había puesto en vilo una vez más a sus padres,
novia, familia, amigos y compañeros de trabajo. Así es Paco, sueltas a quince
como él y dejan tiritando el presupuesto de la sanidad pública. Nunca está
conforme con el diagnostico médico, por eso, aparte de la medicación que le
recete el facultativo de turno, él se toma otros 23 tipos de fármacos que se
ajustan mas a sus propios criterios folklórico-neuróticos.
Ahora le ha dado por las dietas adelgazantes ,con píldoras y líquidos mágicos que se venden por la red y que no son más que timos y fraudes sin fundamento alguno. Las
hace de todo tipo, nunca termina una . Tampoco renuncia a los 15 vinos y 30 cigarros que se calza todos los días. El otro día me lo encontré y me explicaba su última experiencia dietética. Consistía en comer durante 15 días
alcachofas y agua con limón. Dentro de sus majaraderias me sonó bastante
sensato, hasta el punto de que cuando me dirigía hacia casa pasé por una
frutería donde había expuestas unas aparentemente exquisitas alcachofas. Estaba sugestionado,
entré dentro y no me anduve por las
ramas, compré una caja entera y cinco kilos de limones. En menos de lo que
canta un gallo estaba en la cocina cociendo alcachofas como un desesperado, hice
cinco litros de agua con limón de los cuales me bebí tres, llegando casi a
vomitar. Me metí en la cama y me quedé dormido, me pasé toda la noche soñando que
tenía unas ganas horribles de mear y no podía(los sueños en cuestiones
placenteras siempre te lo ponen difícil).Me recorrí todos los urinarios del
país, pero no había forma, igual que cuando tienes una cistitis. Pasé toda la
noche con la chorra al aire mendigando una esquina que me permitiera orinar,
pero ni de coña .Empecé a sentir la desagradable sensación de que la orina
rozaba mi garganta.Veía a los perros mear, la gente reía y meaba contenta,
orgías de orín amarillento con olor a fiesta inundaban mi olfato, pero yo…na de
na.Incluso, la muchedumbre hacía un corro a mi alrededor
danzando y cantando melodías urinario- festivas con letras como: Al corro de las patatas
nos meamos por las patas… tata chin tata chan. Mientras, yo en el centro con la plebe apunto de apedrearme y con el
pito al aire era incapaz de soltar una sola gota. Por fin me despertó de la
tragedia una vez más el sonido del despertador, me levanté de un salto y me
dirigí al baño: Ahhhhhhhhhhhhhhaaaahhhaaaahhhhhhhhaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Mientras, pienso
que el resto de las alcachofas y el agua con limón se lo puede meter mi amigo
Paco por donde le quepa, porque yo hoy me voy a comer un bocadillo de sardinas
con saltamontes de Soria y carrilleras de murciélago con nueces. Patxi Sagarna