Tengo un amigo que por medio de una de estas aplicaciones de
móvil que se usan ahora ,ha conocido a una chica de Zaragoza. Ella tiene familia
aquí .y el otro día L.D me dijo que la muchacha venia a pasar dos días, momento que
aprovecharían para conocerse en persona. Parece que la cosa fue bien y
congeniaron ,por lo que ella decidió invitarle a pasar un fin de semana en
su casa, en Zaragoza.
Después de dicho encuentro por tierras mañas volví a ver a
L.D, no le noté demasiado entusiasmado la verdad, así que cuando nos quedamos a
solas le pregunte que tal había ido la cosa. Me dijo que al principio bien,
charlaron, pasearon, conoció un poco la ciudad, intimaron etc. El problema (me
dijo) fué cuando una vez en casa y ya en la cama empezamos a “hacer el amor”. Estábamos
besándonos, acariciándonos y de repente de manera brusca interrumpe el
momento para preguntarme si me gustaba la pulsera que llevaba puesta. Yo algo
confuso le contesto que si , ella entonces me cuanta una historia un tanto
extraña sobre la pulsera que dura algo más de dos horas. Volvemos a los besos , las caricias y otra vez nueva interrupción, esta vez para preguntarme por mis
gustos musicales, mientras le contesto ella pone del equipo de música un montón
de canciones de sus artistas preferidos, después de una hora más o menos quita
el aparato y volvemos a empezar, pero no llevamos ni cinco minutos cuando me
separa con sus manos, fija sus ojos en los míos (como cabreada) y me pregunta
:No te gustaran los toros no? y es aquí donde me da una charla sobre el Partido
Animalista, yo ya contesto entre suspiros, bostezos y termino durmiéndome.
El sábado la cosa no mejoró precisamente. Estaba intentando
tener un poco de intimidad, ya no sexual, procuraba tener una conversación
sobre nosotros un poco más extensa, pero ella no paraba de hacer zapping, me
ignoraba totalmente. Cuando ya por fin apaga la tele y parece que la cosa
empieza a fluir se arrima a mi oreja y me susurra que es el espíritu de Juana
de Arco, se levanta de un brinco y se dirige a una estantería de libros, coge
uno que trata sobre reencarnaciones, espíritus y cosas de estas, yo me vuelvo a
quedar dormido. En ese momento le miro a mi amigo y le digo: Vamos a comer un
bocadillo de churros con acelgas y salsa de rábanos que dicen que es anti depresivo,
y él me contesta: Si vamos.Patxi Sagarna.