Son las doce del mediodía y estoy en un lugar muy
transitado, calculo que cerca de 70 personas estamos ahí apalancadas sin contar
otras mas que hay en la terraza de un bar. Estoy de espera mirando el móvil
cuando de repente me llama la atención unas voces, son una pareja discutiendo.
En un primer momento no presto mucha atención, pero el tono de la trifulca
empieza a subir de manera considerable. Ella parece estar bajo los efectos de
algún tipo de medicación, el es un tipo corpulento y mientras discuten hace
muchos aspavientos con las manos. La cosa no mejora y me temo que no va a
terminar muy bien. Guardo el móvil en el bolsillo y echo un vistazo a mí
alrededor para ver la reacción de la gente que para mi sorpresa …a huido del
lugar (incluidos los del bar).Estoy solo frente a la pareja, la agresividad del
tío me hace pensar que si meto el morro en el asunto de la primera hostia que me
va a dar el pavo me va a dejar tiritando para una temporada, así que en vista
de cómo están las cosas recurro a un analgésico mental antes de salir al ruedo.
Mi mente, que es de recursos rápidos me recuerda aquella somanta de palos que
me dieron cuatro maderos de paisano en
una discoteca por ponerme patrióticamente gallo y que me tuvo un mes a papillas
con la mandíbula desencajada, o esa otra, cuando me vi acorralado por la poli
en una manifa por lo de Zabalza, peor que eso no será (me digo a mi mismo) para
encajar las posibles consecuencias. También me vienen a la cabeza otras
situaciones en las que salí “mejor parado “pero esas ahora no cuentan. La
discusión sigue, mientras mi anestesia cerebral hace su efecto. Con un gesto ladeado
del hombro dejo caer mi macuto al suelo, parece ser que el tipo ve en esa
maniobra un desafío, como el que desenfunda las pistolas para disparar, la cosa
funciona, su tono de voz baja y su semblante se tranquiliza mientras no me
quita ojo. Yo ya me vengo arriba, y ya puestos a exhibir mis artes
interpretativas me meto la mano en el bolsillo de la camisa, saco un cigarro
que me llevo a la boca y enciendo al más puro estilo Clint Eastwood. Estoy que
me salgo, el tipo no dice ni pío, mi actuación es digna de una película de
Sergio Leone, pero no quiero tentar a la suerte, además la cosa ya se ha calmado. Cojo el macuto del
suelo y me alejo del lugar con paso tranquilo, en plan John Wayne en Rio Rojo,
pero en vez de con una alfombra roja tropiezo con una escalerilla, toda mi pose
cinematográfica se va a tomar por culo en dos segundos, noto que dos personas
me sujetan antes de caerme de morros, son la pareja que me preguntan: Estas
bien? A lo que yo contesto cabreado con un siii, para a continuación con tono enojado
reprochar su actitud con un severo ¿Qué coño os pasa a vosotros? En ese momento
nos ponemos a fumar los tres, mientras me cuentan una historia que me hace
pensar que este país tiene que volar por los aires .Menos mal que el bocadillo
de cangrejo con moquillo de lubina de Móstoles y salsa de rana con garbanzos me
está esperando .PATXI SAGARNA