Quedo con un amigo para entregarle unas partituras, cuando
llego está sentado en la terraza de un bar tomando una tónica, le entrego lo
acordado, le explico un par de cosas y ya de paso le pregunto por su hermano,
observo que no me pone muy buena cara así que no insisto, se hace un silencio
que se rompe con un contundente: Esa boda no se debió celebrar nunca
(sentencia).
Ya sabes que mi hermano al final, para no andar entre idas y
venidas se casó con aquella chica catalana (me dice) la cosa empezó mal desde
el día de la boda. Por la noche, después de la cena fuimos a unos cuantos
bares, en el ultimo pub cuando ya estaban cerrando y nos pidieron educadamente
que abandonásemos el local, mi hermano se puso tonto (ya sabes cómo es) empezó
a insultar en voz alta, se metió con un camarero con tan mala fortuna que este
le dio un empujón, mi hermano tropezó con una mesa y cayó al suelo rompiéndose
el tabique nasal y fracturándose la rodilla, así que ni noche de bodas, ni
viaje de novios ni gaitas.
A los dos meses y para compensar la jodienda cogió dos
billetes para un crucero. El primer día, por falta de costumbre pasó casi todo
el viaje mareado, el segundo (cuando ya aprendió el camino al bar) parece que
ya le cogió el equilibrio al asunto. Por la noche después de cenar fueron a
bailar, una orquesta amenizaba las noches del crucero y mi hermano ya la tomó
con el chico que cantaba (ya sabes la antipatía que nos tiene a los músicos)
ella le llamó la atención, le pidió que se comportara, en un primer momento mi
hermano se serenó un poco, pero de repente cogió un hielo de su copa y lo lanzó
a los músicos abriéndole la ceja a uno de ellos, la cosa no fue a mayores
gracias a que algunos pasajeros mediaron
en la trifulca. El resto del crucero lo hicieron por separado y sin casi hablarse,
al llegar a casa cada uno se fue a dormir a una habitación.
Parecía que mi hermano estaba más que arrepentido y como era
el cumpleaños de ella, le dije que porque no invitaba a sus cuñados (a la
hermana de ella y su pareja) a pasar un fin de semana, el estar cerca de su
familia podía quizás relajar un poco la tensión, le pareció buena idea y así lo
hizo. Así que aparecieron el sábado por la mañana en plan sorpresa, a mi cuñada
le dio un gran alegrón, se fueron a dar una vuelta y a tomar algo. Mi hermano empezó con vermut,
a la hora de la comida ya estaba un poco
cargado, se empezó a meter con el Barça, con la independencia, con los catalanes,
con la bandera, con su cuñada, hasta el punto de que la situación se hizo tan
insoportable que se levantaron de la mesa y se marcharon, y esta vez su mujer
se marchó con ellos. De esto hace ya 6 meses, desde entonces mi hermano no sabe
nada de ella, no contesta al teléfono ni ella ni nadie de su familia.
Llegado a este punto le pregunto qué tal lo lleva su
hermano. No lo sé (me contesta) hace dos meses le invitamos a dar una vuelta
para hablar un poco con él. Al principio parecía aceptar la situación, pero a
la tercera copa se puso besucón primero y faltón después, termine dándole una hostia y desde entonces no sé nada de él. En ese momento me viene a la memoria
el bocadillo de churros con croquetas y alcachofas de Elche que tengo preparado
en casa.Patxi Sagarna.