Para ser un HEAVY ¿hace falta ser idiota?
En estos días de encierro total donde da tiempo para mucho, me he dedicado (entre otras cosas) a revisar algunas películas que tienen como trasfondo algún contenido musical. Después de echar un vistazo a algunos de estos films, he sacado una conclusión: para ser heavy ¿hay que ser idiota?
Cada vez que un director de cine quiere incluir en su cinta la temática o a algún personaje afín al mundillo del rock duro o similares, generalmente los caracteriza de una forma muy alejada de la realidad. O dicho de otra manera: los fanáticos, fans o admiradores de este estilo de música no salen muy bien parados.
El personaje en cuestión se muestra como un-a auténtic@ analfabet@, alguien con pocas luces, ignorante, embrutecid@, desaseado, mugriento, machista, vago, drogadicto...
Parece ser que, para arrancar una carcajada a los espectadores, a veces es necesario humillar a un colectivo de personas a quienes les une el gusto por un determinado estilo musical.
Pero también es cierto que a ciertos "artistas" cada vez que les ponen una cámara o un micrófono delante es como si sufrieran una especie de alteración de la conducta, no sé si contagiados por la estupidez de los medios o porque simplemente son estúpidos, potenciando así, hasta el empacho, una pose que en ocasiones raya lo ridículo, con un vocabulario forzado, fuera de tiempo o atascado en los 80, sin gracia alguna (aunque se empeñen en creer que tienen dotes cómicas) que muchas veces sonrojan hasta al ser más invulnerable del planeta.
Es como si el ponerse una chupa negra llevase implícita la obligación de volverse un autentico gilipollas.
En fin... Confiemos en que algún día algún director de cine mas cercano a la realidad nos muestre el autentico espíritu, alma e idiosincrasia de esta gran familia.
Yo, mientras tanto, me comeré un plato de pimientos rellenos de boñigas de mamut con guisantes y salsa de callos con diarrea de dilophosaurio. Patxi SAGARNA
FELIZ ENCIERRO.