La luna apreció con el rostro sofocado .
El mar se abrigaba para la ultima tempestad .
La desconfianza por fin se estableció en su memoria .
La distancia buscó amparo en el infinito .
Jamas volví a pasear por aquella travesía .
Mis oídos se olvidaron de los ladridos de la madrugada .
Me he retirado a mi Reino , donde las melodías se han quedado mudas .
Donde la vida renacerá con otro significado .
No se puede ser cautivo del desprecio .
No se puede ser recluso del ultraje .
Pero ahora estoy lejos ,tan lejos , que no puedo recordar nada .
Patxi Sagarna