Nacimos entre guerras y conflictos y todo apunta a que, nos iremos de este mundo dejando atrás mas pugnas y contiendas bélicas, es decir, un verdadero barrizal. Nos hemos pasado media vida intentado estar del bando correcto, nos han tenido entretenidos en un baile de siglas y promesas, entre salvadores, libertadores, defensores, Mesías, Redentores y un sin fin de morralla y patulea indecente que han hecho que, uno, progresivamente haya ido pasando a la dimensión del ME IMPORTA YA TODO UN COMINO y establecerse en ella de por vida. Es el paraíso en la tierra, y consiste en preocuparte de ti y tu entorno emocional mas cercano y punto. Es el estado perfecto para sobrevivir en esta casa de put@s. Es como descongestionar tu cerebro, hacerte tu mismo un autolavado y quedarte con las razones básicas para vivir de forma placida e imperturbable, o por lo menos, lo mas sosegado, calmado y placido posible. En la dimensión DEL COMINO tampoco existen esos actores de serie b que sirven de altavoz de esta chusma. La dimensión DEL COMINO es como volver a tu infancia, a esa inocencia y alborozo innegociables. Es como si de repente y de manera voluntaria te quisieras volver un ignorante para que tu mente y tus pensamientos puedan circular de forma mas fluida y sin la necesidad de tropezar constantemente con la calamidad, la desdicha y la angustia a la que nos intentan someter a diario, y así, por lo menos, esquivarlos en la medida de lo posible. Trasladarse a la dimensión DEL COMINO es una decisión inteligente, es dejar de hacer tuyos problemas que generan o son de otros, es mudarse a la sencillez mental, es transportarte a tu YO interior y refugiarte en el cada vez que alguien intenta sabotear tu armonía. Es la capacidad de anular ipso facto el empeño de otros de querer envolverte en estados emocionales patrocinados por su respectiva perversidad unas veces, ruindad y penuria otras. Es pensar en ti y en mí, es pensar en nosotros para dejar de pensar en ellos, por que el ELLOS ya no esta emocionalmente en tu vida, es como un paisaje remoto y lejano que se ha ido difuminando sin casi darte cuenta. Bienvenidos a la DIMENSION DEL COMINO. Patxi Sagarna.