Si este Pais es experto en algo lo es en fabricar guiones para series de Netflix. Así que, supongo, que los cinco días de reflexión que se ha tomado Pedro Sánchez para meditar sobre su continuidad al frente del gobierno darán para un serial en toda regla. No voy a negar que el tipo anda sobrado de astucia, al fin y al cabo, si uno echa un poco marcha atrás, podrá observar que se ha llevado por delante a todo lo que se ha cruzado en su camino. También parece ser que, Cupido, en su momento, fue certero en su flechazo con su actual mujer, pues semejante crisis romántica no se conocía por parte de ningún político hasta la fecha, y eso es mucho decir, porque aquí la clase política ha hecho de todo, o casi de todo, y lo han hecho también por amor, pero por amor a sus bolsillos. Por eso, la decisión de Sánchez nos ha dejado a todos un poco boquiabiertos. Tanta sensibilidad emocional y romántica ha tocado el corazón de miles de ciudadan@s y, durante cinco días, su decisión ha tenido al Pais en vilo, como estos culebrones folklorico románticos que te tienen pegado al televisor hasta el final. He de admitir que, como estratega emocional es bueno, porque durante unos días daba la sensación de que este Pais sin Pedro se iba irremediablemente a tomar por culo, y lo mejor de todo es que a contagiado esa sensación a gente que incluso nada tiene que ver con su partido. Después, ha reaparecido como un Mesías tras una dura travesía por el desierto y nos ha librado del desasosiego con un rotundo ¡yo sigo!, simulando los años dorados del gran Joe Rigoli.
Sánchez se deja querer por las cámaras, se desenvuelve a la perfección frente a ellas, hasta el punto de que, uno, ya no sabe si se esta cascando el papelón del siglo o por el contrario la cara de compungido o sufrido obedece a un sentimiento real, cosa esta ultima un poco difícil, pues una persona con una sensibilidad tan a flor de piel no podría gobernar en semejante estercolero. Aún así, se antoja curioso el fenómeno Sánchez o super Sanchez (como le apodan algunos tertulianos). Veremos que pasa después de las elecciones en Cataluña. Lo que me queda claro es que, si algún día la política le fallase podría abrirse paso en los estudios de cine en Hollywood, al fin y al cabo, el chico tiene dotes para el drama, la comedia y el cine negro, o por lo menos eso creo, con este hombre nunca se sabe. Patxi Sagarna.