lunes, 6 de enero de 2025

AL PUEBLO HAY QUE ENGAÑARLE

 El engaño se ha convertido en un producto básico de primera necesidad. No hay chute mas placentero que el de levantarte de la cama por la mañana y que ya desde primeras horas te la estén metiendo doblada. Da igual ya la ideología a la que pertenezcas o el medio de comunicación que acostumbres a consumir, todos te proporcionan la dosis suficiente de embuste necesaria para que salgas  ya encabronado desde casa. Saben muy bien que al pueblo ya no se le puede rebajar su ración de indignación diaria. Solo con escucharles un minuto se te atraganta el desayuno y hacen que salgas como una moto de casa. En el breve trayecto que transcurre desde que cierras la puerta de casa hasta que llegas al portal es prácticamente imposible calcular la cantidad de improperios y juramentos que han ido pasando por tu cabeza. Ni la mejor farlopa te proporciona un estado de agitación de semejante calibre. Y si ya eres de los que acostumbras a poner la radio en el coche de camino al trabajo, la cosa se puede agravar seriamente. Creo que la policía debería incluir entre sus tareas los controles de indignación, pero no vamos a dar ideas. La cuestión es que, para cuando llegas al trabajo, los niveles de calentamiento e irritación están a flor de piel y, cuando llega la hora del almuerzo, eres literalmente un criminal en potencia, por tu cabeza han pasado infinidad de formas de cargarte a toda esta panda de mal nacidos. Y mejor que no digas nada, porque siempre vas a tener algún imbécil cerca dotado para la "interpretación" que, intenta, a base de discursos mezquinos y ridículos hacerte digerir lo imposible. Y esto se le da muy bien a la "izquierda" de hoy en día. Los cretinos y sus discursos intolerables e indecentes se pasean sin rubor ya por todos los márgenes de la política estatal, no se libra ni Dios. Hoy en día, dos personas de izquierdas pueden terminar literalmente a hostias porque sus discursos son totalmente antagónicos. De todo esto hay que dar las gracias a toda esta nueva legión de expertos en nada, vividores, gentuza que vive del cuento sin sonrojarse lo mas mínimo y que, para proteger sus sueldazos, se han convertido en  auténticos fascistas que se han camuflado entre siglas y colores, y que, han manoseado los discursos de tal manera hasta elevarlos a la categoría de irrisorios, absurdos, mezquinos e irrespirables. Y con la verborrea grotesca de esta panda de idiotas y discapacitados políticos desayuna un@ todos los días. Pero nos gusta tener a gente así al frente de la política, nos encanta que nos engañen, porque a veces, depende de donde venga el fraude, la mentira o la estafa política, a algunos los condiciona de tal manera que lo disfrazan, lo camuflan hasta convertirse en cómplices de esta cuadrilla de sinvergüenzas que cohabitan sin rubor ya por todas las siglas y por todos los ámbitos políticos y sociales. Antes se les llamaba vagos. Ahora lucen y brillan con títulos muchas veces sacados de la manga en lujosos despachos. Se han apoderado de banderas que no les corresponden, parece que están en todos los sitios, pero nunca están donde deben estar. Cada vez que les ponen un micrófono en la boca hacen sonrojar a medio pais, mientras que el otro medio se tiene que anestesiar en el bar mas cercano o recurrir algún tipo de medicamento anti depresivo. Para formar parte de este gran circo, de este cinismo, de este fariseísmo, no te hacen falta estudios de ningún tipo, basta con ser un habilidoso embustero, un perturbado mental capaz de justificar lo injustificable y sin ningún tipo de rubor. Patxi Sagarna.

PD.En vez de bocadillo os dejo música de cosecha propia de reciente creación. Salud