Casi imposible hacer la vista gorda a todo lo que ha
acontecido en los últimos días en el seno del PSOE, todo este follón que se ha
montado y que tiene como telón de fondo dos cosas, el abrir una
puerta a un nuevo “gobierno” de Rajoy o por el contrario (que sería lo más
honesto) mantenerse en un NO firme. Pero hablar de honestidad y socialismo con
Felipe González de cuerpo presente son dos términos contradictorios. Revisaba
estos días algún documental de la
transición española, cuando Felipe era Isidoro y usaba chaquetas de pana y
camisa de cuadros, y a uno le viene a la cabeza el pensar que quizás todo
aquello, o buena parte de ello, solo
fue un esnobismo de la época, es decir, “ser de izquierdas” y estar en la
clandestinidad como que tenía su encanto.
No me cabe ninguna duda de que el PSOE nació para ser un
partido de izquierdas, pero con el tiempo, siempre lo he dicho y lo mantengo, de
que el PSOE es un partido con votantes de izquierda que lo gobiernan muchas
mentes de derechas. Parece ser, que en ese país llamado España siempre hay que
tener contenta a la derecha, antes para que no sacaran los tanques a la calle y ahora para que no se lleven el dinero, y total que han hecho las dos cosas.
Siempre se ha vivido con el miedo a lo que podría pasar si en España gobernara
la izquierda, pero la izquierda como es debido, no lo que hemos conocido hasta
ahora como tal. Aún recuerdo el primer gobierno de Felipe González, sé inspiro
tanto en formulas pasadas que casi logró superarlas, o por momentos las supero
con creces. Quiso demostrar que él podía tener más mano derecha que sus
antecesores, de su gobierno salieron “perlas “como el plan ZEN (Zona Especial
Norte) un estado de excepción encubierto y maquillado por unas siglas, la
reconversión, La ley Corcuera (conocida popularmente como la de la patada en la
puerta) los contratos basura, el ”medicamentazo”, los tristemente conocidos
GAL y un larguísimo etc
Apenas conozco políticamente
a Pedro Sánchez, pero voy a conspirar un poco: Supongamos que Felipe,
aparte de ser el hombre X y también el hombre F, es decir, una fascista como la
copa de un pino (cosas de las que no dudo) y sus actuales amigos, esos burgueses
capitalistas de las altas esferas y con yates de lujo y demás (que nada tienen
que ver con lo socialista y obrero) se han puesto nerviosos al ver que al amigo
Sánchez se le estaba pasando por la cabeza la idea de un gobierno alternativo
con los recién llegados Podemos y con algún apoyo independentista. Ante el
temor de que la cosa podría funcionar y al no tener ningún militar golpista en
nomina para hacer ruido de sables (que siempre acojona en estos casos) los
amiguetes del hombre X y el hombre F le han tirado de la orejas y le han dicho:
Oye Felipe XF, párale los pies al
guaperas de tu secretario general, no vaya a ser que se venga arriba, el
experimento funcione y metan la mano en el cajón cerrado con llave y saquen los
papeles, o lo que es peor, que vayamos a unas terceras elecciones y gane
Podemos con los votos o el apoyo de
independentistas vascos, catalanes y gallegos, o con el mismo PSOE, y entonces
esto ya sería el acabose, empiezan a tirar de archivo y acabamos en la cárcel
de por vida, y España en vez de romperse nos rompe la cara a nosotros, así que
amigo Felipe, te toca también ser el Hombre G, es decir, el golpista. Y ahí
tenéis al amigo Felipe, saliendo de sus cloacas para salvar la patria, esa
patria que ni es obrera ni es socialista, es su patria, la del capitalismo, la
derecha, la que seguro que no desean los miles de votantes que se les han ido,
el PSOE nunca será PSOE mientras este fascista lleve el carnet del partido. Bueno, todo esto no es más que una conspiración en torno a un personaje, no a
un partido. Mientras me comeré un bocadillo de callos con ancas de rana y
salchichón.
Patxi Sagarna