Siempre hay algún momento en la
vida en el que te ves acorralado, una “victima “de tu entorno, y se te pasa por
la cabeza eso de “ojalà me muriera, os ibais a joder todos alaaa “
Realmente no te quieres morir,
quieres hacer sentir a los demás a modo de venganza que se sientan culpables,
que sufran el efecto de tu ausencia, la sensación de malestar, que cada vez que te recuerden les
remuerda la conciencia, mientras tu observas con regocijo desde alguna mirilla
en algún lugar.
Este tipo de reacciones suelen ser muy habituales cuando hay
una ruptura sentimental. Primero intentas recuperarla con las mismas
estupideces que como la has perdido (salvo algún pequeño matiz que incluyes a
modo de “cambio espectacular”) y como generalmente no funciona, empiezas a
barajar la idea de un impacto catastrófico que despierte en la otra persona un
nuevo sentimiento de sensibilidad y atracción hacia ti. Es entonces, cuando
empiezas a pensar cosas absurdas como: Ojalà se quemaría el colegio de niños
que hay enfrente de casa de mi ex, y tú, que en ese instante pasabas por allí, sin dudarlo te metes entre las llamas a salvar a los chavales, mientras ella ,horrorizada observa desde el balcón tù audacia, tù valentía. Para cuando llegan
los bomberos, tù ya has rescatado a los 490 párvulos que había dentro, pero
para darle emoción al asunto y crear la tensión suficiente…ta ta chan ta ta
chan…. no sales. La angustia se apodera de ella, pero por fin tras una tensa
espera apareces como un coloso de entre las llamas, en plan Bruce Willis en la
jungla de cristal 63, magullado, mal herido, la hemoglobina campa a sus anchas
por todo tu cuerpo.
Justo cuando los sanitarios te están atendiendo, empieza
arder el hogar del jubilado que está al
lado, los padres de ella están allí ,tú que ya te has venido arriba ,entras en
el edificio de inmediato, sabes que si salvas a sus padres será el golpe
definitivo para que ella caiga rendida a tus pies (la chica no sabe que todo
esto está perfectamente maquinado por tu calenturienta mente).
Salvas a 229
ancianos que había dentro, para ese momento hay desplazados en el lugar varios
medios de comunicación que siguen con atención tus andadas de salva patrias
folklórico romántico. Pero una viga te cae en la cabeza, te pasas 3 meses en la
uvi. Por fin despiertas en una habitación del hospital (todo está saliendo como
lo habías planeado) el lugar esta apestado de periodistas, políticos, amigos,
agentes de seguros, algún camello, malabaristas ,un DJ esquizofrénico ,eso
parece el camarote de los Hermanos Marx. Tú te sientes como si estarías en
Sunset Boulevard o en el estreno de una
película en Berverly Hills, ella se abalanza y te abraza entre flashes de
fotógrafos, cámaras de televisión, el hospital entero se deshace en llantos de
emoción, estas tan subido que le pides un gin tónic a la enfermera para
acompañar la medicación, estas que te sales, tu imaginación ha ganado la
partida.
En ese momento entra un apuesto
doctor por la puerta, ella te lo presenta, te dice que es el que te ha operado
5 veces, el que te ha salvado la vida y su actual pareja. Se hace el silencio,
tu semblante refleja la derrota inesperada, pides que te dejen a solas un
momento con ella, la habitación se vacía, estáis el uno frente al otro y le
preguntas: ¿Por qué me haces esto?... Ella sonríe, y mientras abandona el lugar
contesta: Yo también tengo un guionista en mi cabeza, imbècil. En ese instante,
la enfermera te trae un bocadillo de orejas de sapo con coliflor y morcilla de
colibrí con calabazas .Patxi Sagarna.