Con este escrito, no pretendo restar seriedad a algo tan
grave como puede ser el cáncer de colon, simplemente quiero describir algunos
comportamientos (como el mío) frente a situaciones de prevención de este tipo
de males.
Me llega la carta para hacerme la prueba del colon, estamos
a finales de verano. Ya estoy aterrorizado, mi mente obsesiva y catastrófica se
pone en marcha. Empiezo a tener mal estar de todo tipo, esto es el final
(pienso).Me voy al Eroski, lleno el carro de verduras, frutas y limones para
(por lo menos) cuando vaya al baño, hacer la kaka lo más limpia y perfecta
posible, como si me iría a presentar a un concurso de kakas en las fiestas del pueblo.
Tengo un pequeño dolor en la zona lumbar, lo que hace aumentar mis peores
augurios, cualquier molestia la identifico con dicho mal.
Todas las mañanas cuando me levanto, fumo un cigarro para
después ir al baño, estos días evito el pitillo, es más, esquivo bajo cualquier
pretexto ir al wc, porque allí aguarda
el botecito para la maldita prueba. Entre mis delirios, se me pasa por la
cabeza pedir la kaka prestada a alguien que haya pasado la prueba de forma positiva.
Además, con mandar un trozo de calzoncillo debería bastar, esto de andar
hurgando en las kakas de uno es un poco desagradable. Y ¿si mandaría una
muestra de la kaka del perro de mi hermano?.Me meto en internet para saber si
las kakas se pueden hackear de alguna manera, además, hace una semana que ya no entro en el W.C. de
casa, me voy a casa de mis padres, allí no está el artilugio acechándome. Que
feliz era cuando iba a cagar al wáter sin ningún tipo de temor ni presión, qué
tiempos aquellos, cuando cagar era un placer y alegraba el corazón.
Por fin me decido, llegó el día de autos, me visto con mis
mejores galas para dirigirme al baño, escucho una solemne ovación que viene del
patio de los vecinos, me detengo para dirigirles unas breves palabras de
agradecimiento antes de consumar la acción. Me siento resignado en la taza del W.C.,
hago un increíble esfuerzo para depositar allí mis heces, cuando voy a recoger
la prueba, me echo las manos a la cabeza, son de color negro, pero en ese
momento recuerdo que me comí ayer un bocadillo de chipirones en su tinta y
alubias negras. No obstante, la prueba dio negativo, pero yo ya no como más
chipirones en mi vida.Patxi Sagarna