Salen de casa como miuras enojados en busca de su víctima en el puesto de
trabajo. Se acuestan con la frustración y desayunan con la envidia o el
complejo. La vida de estos personajes tiene un déficit emocional terrible, lleva
tiempo en números rojos, desprenden inestabilidad hasta por los poros, en algún
momento de su existencia, su día a día se quedó estancado o atrapado en una simple rutina, y no tuvieron las
agallas o la madurez suficiente para afrontar la situación y salir de ella,
y decidieron aliviar su malograda
estancia entre nosotros vertiendo sobre los demás toda la basura, blasfemia y
mala leche que acumulan dentro, algunas veces disfrazados de salva patrias
ocasionales camuflados en siglas que no les pertenecen ni les representan. No se
soportan, pero tampoco soportan a las personas que a base de esfuerzo, valentía
o toma de decisiones (muchas veces dolorosas y difíciles) han logrado remontar
situaciones, salir adelante y tener un mínimo de felicidad, dignidad y
estabilidad. Este tipo de perfiles son su principal objetivo, los que reflejan
algo que ellos ansiarían tener. Sus ojos, no pueden sobrellevar la imagen de ver como una persona encauza su vida, y sobre todo, como le da un
sentido o un giro positivo a esta. Al carecer de ella (vida) se “apropian” de la de otros, y lo hacen en
forma de falacias, bulos, chismorreos, intentos de aislamiento y exclusión. Lo
ejecutan en pequeños grupos y con la
cobardía que les caracteriza a estos, rodeándose de sabandijas con la misma
miserable disposición y finalidad que tienen ellos , y es así, de esta guisa ruin y mezquina, como su estancia en el trabajo cobra de alguna
manera sentido, les hace sentirse “útiles” dentro de su propia inutilidad
,ineptitud ,impotencia e incompetencia. Pero después, tienen que volver a su triste agonía, a la verdadera
realidad, a esa especie de psiquiátrico para perturbados que tienen montado en
torno a su pobre fantasía existencial, o de puertas de casa para adentro.
Tienen el botiquín o el cajón de la mesilla lleno de anti-depresivos,
tranquilizantes y derivados, este tipo de “anestesia “mezclada alguna vez con
un par de copas, les adormece de tal manera
que, por algún momento pueden distraer la realidad de su ruindad ,desquicie y
autentico fracaso. Para ellos, la cama
se ha convertido en un ataúd dentro de su deshabitada existencia, donde los
sueños y la ilusión que transitaron algún día por ella (si alguna vez lo hicieron)
han dejado paso a la apatía, el aburrimiento, la cólera, la irritación o la rabia.
Y no, no son de derechas (algunos por lo menos) son de izquierda, o presumen de
serlo, pero ya se sabe, entre los pobres muchas veces reina la animosidad, el
rencor o la tirria. Así que amigo o amiga, ten cuidado con tus mal sanas
heroicidades o costumbres, porque la única rentabilidad que vas a sacar de todo
esto es que, el barrizal de lodo y olor
a mierda putrefacta te llegue hasta el cuello, y por consiguiente, el numero de
medicamentos o visitas a tu psiquiatra y demás especialistas en trastornos aumente considerablemente. Porque no
olvidemos ,que luego para colmo y dentro de su enajenación mental, actúan y
hablan como si fueran las víctimas,
cuando lo que verdaderamente son es auténticos verdugos. Me comeré de mientras un bocadillo
de Nolotil con espárragos de Melilla y alubias con callos y paracetamol. Patxi
Sagarna