Reducir los argumentos políticos de una persona ,a su forma
de vestir, a su peinado, a su supuesta higiene, o a la cantidad de pelo o “mata”
que pueda albergar debajo de su atuendo o en determinadas zonas púbicas, y
hacer comentarios altaneros sobre ello por la red, me parece ya el Apocalipsis
. Cuando los esbirros de un sistema folklórico-político se ven en la obligación de tener que esgrimir y utilizar
esta metodología on line de desprecio, insultante, de intencionalidad
humillante. Cuando alguien tiene que recurrir a estos míseros “argumentos”es
porque algo le está sacando de sus casillas o le está haciendo perder el juicio
y el control “patriótico ”. Pero esto no es de ahora, muchas mujeres y hombres afines
a movimientos sociales, feministas o de izquierda, ya han sido blanco y objeto
en más de una ocasión del rastrero discurso de la estética, de su indumentaria,
de lo que puedan cobijar debajo de sus melenas, de la frecuencia con la que se depilan
o de su dudosa feminidad . Y esto ocurre, en un Pais donde hay de todo menos higiene
política, y en unos momentos, en los que el conflicto Catalán y algunos de sus
actores o actrices de reparto, han sacado de sus cabales a más de uno, para así
de esta forma, pasar a un estado de histerismo y paranoia sin precedentes(al
margen de que uno sea independentista, españolista, ciudadano del mundo o
regionalista anónimo)
Parece ser, que en política es necesario (según algunos) tener
cierta belleza forzada, determinado atractivo gansteril, marcas de ropa cara
adquiridas con tarjetas Black, y aunque luego, tu actitud sea de lo más
parecida a la de una película de capos sicilianos sanguinarios tipo Toto Riina,o del arrogante Lucky Luciano ,estas son(se supone) las condiciones
y requisitos imprescindibles para trasmitir
la honradez, transparencia y humildad que se deberían necesitar para ocupar un
cargo de este tipo . Uno de los tantos ejemplos de ello, fue la boda de la hija
del entonces presidente Aznar, una pasarela de “elegantes” corruptos y
corruptas implacablemente vestidos para la ocasión, unos “jeques “de la mafia
bien engominados, unos terroristas kamikazes capaces de arruinar una nación sin
pestañear, cualificados para vender a su madre si con ello conseguían algún tipo
de favor, contrato o chanchullo económico a cambio. Lo más sucio y repugnante
de esta sociedad, esos que se creen que con
un buen traje puede ocultar o disimular la escoria que son y llevan dentro, esos y
esas que piensan que con el olor de un caro perfume puede tapar el hedor putrefacto
y corrupto que desprenden sus despreciables hechos, esos que nunca sabrán a que
huele la verdadera elegancia, la decencia, el pudor, el feminismo, la ideología
o la lucha, y mucho menos la honradez, esos que nunca sabrán a que huele… el
ser simplemente PERSONA.
Para terminar (y ya lanzados al sarcasmo) sugeriría que en
algunas sedes políticas, en vez de despachos, pondrían disponer de quirófanos para practicar la cirugía
estética o plástica de sus líderes, porque
estos exterminadores del pueblo, aparte de tener “elegantes” chaquetas para
cambiarse según sople el viento del dinero, tienen cara para dar y tomar, una
cara que nos cuesta a todos un ojo de la nuestra. Y ya de paso, aprovechar los
servicios quirúrgicos para hacerle una
lobotomía al presidente del Gobierno, allegados, colaboradores y demás aniquiladores del presente, del pasado
y del futuro de un Pais. Hoy me comeré un bocadillo de callos con salchichas de
mono con pelo y sin depilar.Patxi Sagarna