Si ahora mismo nos encontráramos en plena campaña electoral, a estas alturas
del guateque estaríamos asqueados de ver fotografías ,vídeos y poses de determinados
políticos en las puertas de los supermercados, al lado de los voluntarios en la
recogida de alimentos, con esa sonrisa cínica, bastarda, y con algún medio de
comunicación cerca para hacerse eco de
la “humilde” e hiriente representación, y así ,de esta forma tan infame y ruin ocultarse detrás de esa YA INTOLERABLE falsa modestia mediática electoralista de
cercanía con el pueblo. Esta es la imagen que siempre intentan capturar algunos
de estos incalificables y perversos manipuladores.
Pero como no estamos en campaña, los imagino desde el sofá
de su casa aplaudiendo la iniciativa ciudadana, esa que se hace cargo de la
mierda y del huracán de pobreza que ellos y sus nulas, torpes y corruptas políticas dejan a su paso. A mi todo esto me
genera una especie de doble conflicto: Por un lado pienso que, nadie, pero nadie
a estas alturas se debería ver en la necesidad de recurrir a este tipo de
ayuda, ni siquiera debería existir el banco de alimentos como tal si estos
sinvergüenzas harían medianamente bien su trabajo. Que pasa ¿Qué con comer se
arregla todo?. Me recuerda en parte a esa especie de discurso de la posguerra. Ahora (como antes) y cada vez
mas, también terminas enfermando por
arrastrar una situación de miseria, indigencia, desamparo. Un abandono que te genera una angustia y una desesperación a la que nadie
parece ser capaz de ponerle FIN. Es
entonces cuando pienso: quizás no deberíamos recoger alimentos. Quizás si estos
desalmados verían con toda su crudeza lo que origina su sangría política, sus consecuencias, a lo mejor les entraría
un mínimo de consciencia y harían algo para frenar su propia sensación de
culpabilidad y malestar ante semejante tragedia. Quizás (sigo pensando) este sería
el triste y carísimo precio que deberíamos de pagar para que también algunos mal llamados partidos de izquierda empiecen ya
de una puta vez a despertar, menear el culo y dejar de hacer política por medio
de twiter o de marcar hojas de ruta que no tienen ningún recorrido . ¿En que estáis pensando
ahora, en ganar las próximas elecciones? ¿Y mientras tanto que hacemos? ¿Nos
alimentamos del calor y el calcio que llevan vuestros discursos? ¿Nos
resguardamos del frío con las banderas fallidas de vuestros últimos mítines?
¿Nos comemos vuestras papeletas? ¿Usamos como vivienda los grandes locales,
sedes o plazas de toros en los que
dabais vuestros últimos grandiosos discursos? ¿Nos metemos en la urna a hibernar y a ver si así dentro de cuatro años cuando nos despertemos del aletargo hay
más suerte?. Como me decía ayer un amigo que cuando puede duerme en un albergue
y cuando no en la calle, o en un cajero. Me hacia esta desesperada reflexión:
Quizás Patxi, lo que hace falta es otra Guerra, eso nos daría la opción de
mirar a más de uno de tú a tú a la cara y quizás de paso hasta de volarles los cojones.