El otro día escuchaba un programa de radio que trataba sobre la posibilidad de viajar en el tiempo. El programa constaba de dos partes, una científica y otra fantástica. La primera parte estaba dedicada en su mayoría a teorías de los físicos Albert Einstein y Nathan Rose, los cuales proponían la posibilidad de la existencia de agujeros de gusano en el espacio-tiempo y cosas por el estilo.
En la segunda parte, se les preguntaba a los oyentes a que lugar o momento viajarían en caso de que existiría la posibilidad de que pudieran hacerlo. El resultado de la encuesta fué curioso. Nadie quería viajar al futuro, supongo que por el miedo lógico de verse uno mismo en situaciones decadentes, o lo que es peor, darte cuenta de que ya no estas porque cascaste el peine y para colmo de los colmos todo Dios está mas feliz que veinte, o incluso mejor. Me sorprendió el resultado del sondeo, pues a una mayoría amplia le hubiera gustado viajar al 22 de noviembre de 1963, momento en el que fué asesinado John F Kennedy. El segundo y tercer puesto correspondía al nacimiento y muerte de Jesucristo. A mi el asunto me pillò un poco estimulado pues acababa de ver un video del Rat Pack, esa cuadrilla de artistas y cantantes capitaneados por Frank Sinatra. Esos tipos que sabían mejor que nadie como sujetar un cigarro en una mano y la copa en otra, porque no todo el mundo lo sabe hacer con el desparpajo, la elegancia y la socarronería con la que lo hacían ellos. Aquellos tipos que con corbata y smoking parecían lo mas heavy y punk del planeta. No les hizo falta ni chupas de cuero ni todo ese artificio que con los años necesitaron otros para aparentar rebeldía o desobediencia. Tampoco les hacía falta la parafernalia escénica que tanta importancia tiene hoy en día, ese derroche de luces, humo, pantallas gigantes, pasarelas que, muchas veces terminan siendo lo mas decente del espectáculo, porque en ocasiones lo musical brilla por su ausencia. Hasta ese momento en blanco y negro me hubiera gustado viajar. Es cierto que en el asunto musical hay cierta similitud en el pasado y el presente. Entonces, se convivía con la mafia y ahora también. Los mafiosos de antes eran dueños de Las Vegas, de los estudios de cine en Hollywood, de los casinos, e incluso tenían poder para inclinar la balanza del voto en un país a su antojo . Los de ahora son cuatro lameculos, algunos dueños o asociados de alguna revista o programa de radio que, intentan mantener un vocabulario macarra, ochentero, pasado de moda, y a los que creo que elevarlos a la categoría de mafiosos es darles demasiado caché. Tipos que en vez de viajar en el tiempo se han quedado atascados en el. Pero ese es otro viaje. Yo, mientras, me comeré un bocadillo de morcilla de avestruz con callos de rana y salsa de uñas de escarabajo con cebolla.