martes, 11 de noviembre de 2014

DESTINO

Todo estaba preparado en aquella enorme habitación, un camarero sube una bandeja de frutas frescas con una botella de champán. Escucho los susurros de la madrugada y la perezosa alarma de un viejo reloj. Las injurias llegan desde el otro lado del paraíso, los recién llegados tienen prisa y el silencio duerme entre pensamientos en mi ajetreada cabeza. Aún quedan algunas gotas de sudor que no derramé por el camino. Cojo mi guitarra e intento cuadrar tres acordes pero el efecto del Valium hace que mis movimientos sean imprecisos y algo trastornados. Me dirijo al baño a refrescarme la cara, al pasar cerca del espejo este refleja la misma tragedia, me rodea un misterio absurdo. Suena el teléfono pero no hay nadie al otro lado, nunca lo hubo. Patxi Sagarna