domingo, 21 de enero de 2024

NOS HACEN FALTA AZUCARILLOS EN EL TARRO

 Esto de andar venturoso por la vida se esta poniendo cada vez mas difícil. En un mundo donde la acritud, la envidia, la perversidad o la animadversión campas a sus anchas, a los jubilosos se les empiezan a poner las cosas un poco cuesta arriba. Por ejemplo, esto de que te presentes en el trabajo, por la mañana, con una sonrisa de oreja a oreja empieza a ser bastante impopular. Y si la sonrisa va acompañada de esa cara de pícaro con satisfacción y unas pocas ojeras, apaga y vámonos. Creo que va a empezar a ser obligatoria la mascarilla, porque no se puede ofender ni agredir al personal exhibiendo semejante rostro gozoso, dichoso o radiante y encima tener una salud medianamente decente. Que va a ser esto!. 

Eso de ser feliz es para las portadas del Hola, los capitalistas o la jet set, para el resto del mundo ya esta el Facebook, donde puedes aparentar todo lo te salga de los cojones, además, para eso esta precisamente, para que por unos minutos, horas, días, o años puedas proyectar el personaje que jamás (y menos por méritos propios) vas a llegar a ser. Ser o lograr que a tu tarro no le falten azucarillos es un arte, una filosofía de vida que hay que practicar a diario, una predisposición que se logra a través de la constancia y la  persistencia, de tener confianza en uno mismo, de no convivir con la opresión y, sobre todo, de no sentarse a esperar a que aparezca alguien y que haga el milagro por nosotros, porque si nuestra felicidad esta a merced o en manos de terceros es porque tenemos un problema grave de personalidad, dignidad y amor propio y, entonces si, entonces si que estamos jodidos. La felicidad es sentirse con ánimos para hacer cosas o afrontar objetivos, la felicidad es motivación, es armonía en el entorno, es ser autosuficiente, es fortaleza en la aceptación, es un sentimiento de bienestar y no es pasajero, si no que perdura en el tiempo. Es una tendencia de la persona por naturaleza que, ha pesar de como le vayan las cosas con sus diferentes circunstancias siempre lograra salirse por caminos de optimismo, aliento, animo e ilusión. Así que vamos a aprovechar las prorrogas que a estas alturas nos brinda la vida y que lo hace con nuevas vivencias, nuevos rostros y nuevas emociones. Esos regalos en tiempo de descuento, esa felicidad añadida e imprevista, esas alegrías inesperadas que te trasladan a otros espacios que contienen una intensa luminosidad. Esa felicidad que se vive y no se amaña, la felicidad sin miedo al mañana, la que derrumba los muros de la nostalgia. En definitiva, lo de los azucarillos en el tarro es una cuestión de actitud, de salud y de constancia, aunque la constancia que es hermana de la pereza, no sea una facultad de la que precisamente hoy en día el ser humano pueda hacer gala. Por lo tanto, para no levantar sospechas ni generar animadversión diremos eso de que, estamos amargadamente felices. Patxi Sagarna  






domingo, 14 de enero de 2024

EXTRAÑA SENSACION

El día amaneció mutilado por una extraña sensación. Nunca tendieron la mano a los trasnochados sueños que inundaron de luz a muchos decaídos ojos. Nadie hablaba con nadie, dicen que la vida no pasó por allí nunca. Camino por un largo pasillo mientras alguien entona una melodía esquizofrénica. Estoy en un laberinto donde todos ponen a prueba sus más bajos instintos. El fantasma de la arrogancia merodea sus húmedas paredes, no hay reglas y todos desafían a la mismísima paciencia. Solo los sabios entienden bien el fracaso, los necios se han quedado instalados en una perturbada agonía. El tugurio apesta, mientras unos andrajosos caminantes visten ropas que parecen sacadas de otra época. La niebla camina cansada, la muerte se posa encima de una siniestra y terrorífica sonrisa. Caras desencajadas, rostros deformados, son el castigo añadido para los que desafiaron al miedo. Con un repentino impulso logro escapar de aquel mórbido lugar. Observo un teléfono a lo lejos, marco un número al azar, pero una voz siniestra me recuerda que estoy muerto.




domingo, 7 de enero de 2024

AQUI NO SE VIENE A SUFRIR

 Mi amigo JM alias "folkloriko" siempre dice que en los colegios de curas les hicieron asimilar desde temprana edad que, a este mundo se viene a sufrir. A veces, cuando te juntas en un corrillo de mas de tres personas, te da la sensación de estar en una competición de: haber quien las ha pasado mas putas. En ocasiones, te ves tan fuera de lugar que tienes que improvisar tu propio valle de lagrimas para no desentonar en el ambiente. Cuando uno escucha los dramas propios y ajenos, se da cuenta que por lo general tienen su raíz en hechos o actos que han ocurrido en un momento puntual, y de los que no eras consciente de las repercusiones que después podían tener en un futuro a corto, largo, o medio plazo. Si antes de hacer o decir algo fuésemos capaces de pensar durante un segundo en las consecuencias que puede tener  en un futuro, y de que manera tan adversa puede afectarnos a nosotros mismos, es mas que probable que ninguna de esas acciones se hubiera llevado a cabo, y por lo tanto, nuestro interior se encontraría un poco mas indolente . La mayoría, o por lo menos mucho del sufrimiento que corre por nuestro interior está provocado por nosotros mismos y nuestra incapacidad para gestionar después la repercusión, el alcance de la misma en tiempos venideros, y las irreparables secuelas que nos dejan a su paso. Nos hemos vuelto temerosos y cobardes a la hora de hacer frente con nobleza a las repercusiones y el alcance de nuestros propios actos. Si uno tiene un ápice de honestidad, observara como actos puntuales que parecían no tener trascendencia alguna te han ido haciendo mas desgraciado con el paso de los años, y que, de muchos, ya no has levantado ni levantaras cabeza. Y aunque el orgullo (por castigo añadido) te de fuerzas para seguir caminando, ya nada será igual. Esos posos emocionales acumulados con el paso de los años y que transitan por tu interior, el arrepentimiento tardío, el  no haber solventado las cosas en su momento preciso como se deberían haber hecho, eso, eso se traduce en lo que mi primo  llama ZOMBIE DEPRESSION. A partir de ahí, tendrás que entretener o despistar al tormento de formas cada vez mas grotescas o absurdas, y mientras observas que tu sueño es cada vez mas difícil de conciliar cada noche, se hará realidad ese sabio dicho que dice: Murió a los treinta y le enterraron a los ochenta. Y es entonces, y solo entonces, cuando piensas en que eras feliz y no lo sabias, que lo fuiste muchas veces sin darte cuenta, pero que tu desacertada unas veces y obstinada forma de ser otras lo echó todo a perder una y mil veces, y que te has convertido de por vida en un amasijo de sufrimiento en el que con toda seguridad (aunque tengas algún día o momentos de claridad ) volverá a sumergirte sin remedio en esas mil noches de profunda oscuridad con sus consiguientes crisis, angustias, depresiones, y declives. El otro día con mi amigo, recordábamos un episodio duro que tuve de depresión hace ya bastantes años. Aquella depresión fue la mejor escuela de aprendizaje, porque desde entonces, antes de hacer una cosa me la pienso cien veces, y aunque a veces cometo errores como todo ser humano, ahora uno sabe cuales son las herramientas de salida para que dichos desaciertos no te alteren el sueño. No quiero que nadie me otorgue la medalla del sufrimiento, pero ni mucho menos quiero que me la otorguen por méritos propios. Y todo esto no me lo han contado, lo se por vivencia propia, que al fin y al cabo es lo que nos hace ser mas prudentes hoy en día en esta vida. Patxi Sagarna. 














 



lunes, 1 de enero de 2024

EN LA CIMA DE LA MONTAÑA

Este año recibimos al dos mil veinticuatro en la cima de una montaña.
Vimos como los nubarrones del año anterior se alejaban deshaciéndose a lo lejos.
Vimos como la primavera empezaba a florecer en nuestro interior antes de tiempo.
Escuché a lo lejos la voz de mi amigo Pepo decir que, ya no toca navegar por aguas turbulentas.
Vimos como un frente de vida nos sonreía a lo lejos y a su vez descomponía las agitadas tormentas. 
Improvisamos una hoguera para quemar las ultimas mugrientas y nocivas memorias, el abuso y la ofensa de otras maquiavélicas experiencias.
Descubrimos que hay un sin fin de caminos por explorar sin necesidad de embarrarse los pies.
Buscamos la paz que nos había arrebatado la agonía de las sombras vanidosas y fraudulentas que se habían instalado en nuestro alrededor.
Buscamos y encontramos. Perdimos pero ganamos. Nos mintieron pero sin convencernos. Nos traicionaron pero no nos "enteramos". Nos falsearon pero les desnudamos. Nos flagelaron pero lo soportamos.
Se burlaron pero ya no estábamos. Nos despreciaron pero no nos enterraron. Nos encadenaron pero nos liberamos. Se mofaron pero no nos debilitaron. Nos difamaron pero no se consolaron. Nos degradaron pero al final nos auparon.  Y por fin, firmaron con las mismas lágrimas de cocodrilo que hace unos años pero con la mirada puesta en otro rebaño, buscando rostros impacientes y oídos menos exigentes, con el fin de atraer la atención, el morbo y la tentación y, de paso, mendigar con los mismos cuentos y  las mil veces repetidas historias de siempre. Y con este habitual bucle, se ocultaran otra vez en algún nuevo rincón durante algún tiempo. Infieles por naturaleza, enfermos de cuerpo, mente y alma. Nos desangraron pero nunca nos mataron. Nos crucificaron y los perdonamos. Y al final, se fueron y nos SANARON. Gracias dos mil veintitrés. Patxi Sagarna.




https://patxisagarnaiamraros.blogspot.com/2020/05/melodias-mudas.html