lunes, 15 de octubre de 2018

PASADO


Y volví a encontrarme en medio de una isla de corazones rotos.
Aquellos instantes de pasión solo servían para rememorar un cuadro de personajes furtivos.
Los besos tenían el sabor de alguna traición. Mientras, los pensamientos se fundían en el fuego de otros días.
Volví a navegar por la nada para no llegar a ningún sitio. La esperanza amanecía perezosa.
Frases truncadas sin la armonía de los sentimientos. Los cuerpos intentaban disimular la melancolía.
El presente es el pasado, el pasado es el futuro. El mañana ha quedado a merced de la añoranza.
 Pones un pie fuera de la tabla de ajedrez y las piezas siempre se mueven en la misma dirección.
El sueño no es capaz de enmendar el silencio.
 Unos ojos te observan a lo lejos, sus intenciones  son confusas. Otros abrazos sirven de alivio en la madrugada.
Se me arrima un tipo con pinta de Rabino, lleva una indumentaria extraña y me susurra unas breves palabras: Nunca persigas el pasado , o solo te encontraras con lágrimas en el camino. Patxi Sagarna


sábado, 6 de octubre de 2018

CARIÑO, YA QUE NO NOS QUEREMOS ¿NOS CASAMOS?


Este ritual de casarse cuando lo que deberías hacer precisamente es separarte, es más habitual de lo que pensamos. Cada vez, uno se topa con más parejas que después de haber convivido 10 o 15 años y cuando todo parece haberse ya esfumado, cuando las conversaciones son silenciosas, los días tienen todos la misma cara de hastío y pesadez, parece ser que, ven en el matrimonio la fórmula perfecta que les va a transportar de forma mágica a aquellos días de júbilo, alborozo y pasión. Ven el casamiento como la última tabla de salvación, el antídoto idóneo para desbloquear y derribar un muro ya imposible. Y la verdad es que la ecuación artificiosa por un momento suele parecer que hasta “funciona” como la sopa de cebollas para adelgazar. Entre los preparativos, los invitados, el viaje, las compras, se genera un ambiente novelero, una sensación ilusoria que durante unos días te traslada a ese estado emocional folkloriko romántico pero a la vez transitorio y fugaz que no es más que un oasis venenoso en medio del desierto. Después, llega el ansiado viaje cicatrizante y rehabilitador (como los viajes a Lourdes pero en versión conyugal) ese que se supone les va a encumbrar a ese punto pasional, de compenetración, complicidad y entendimiento del cual gozaron en su día y con el que no se reencuentran ni se sabe desde hace cuanto tiempo. Y así, durante unos días, los recién casados parecen salir de esa especie de UVI que los tenía incomunicados, obstruidos, desesperados, distantes, desilusionados. Entre la novedad, los rayos de sol y el copeo, hay incluso algún contacto sexual que, aunque quede lejos de aquellas golfas noches de pura pasión abre un hilo a la esperanza  que se desmorona tan pronto la realidad se impone con toda su crudeza. Soñar es libre y a veces caro. Los sentimientos no se distraen con facilidad, y de la tontorrona euforia nupcial han pasado otra vez al distanciamiento de las miradas, de los cuerpos, de los sentimientos. Ahora toca negociar con la almohada como vas a gestionar durante otros tantos años semejante velatorio casamentero. El luto llega de manera anticipada con una sonrisa siniestra.
La historia de amor había prescrito hacía ya mucho tiempo. Es momento una vez más de entretener al desengaño y la realidad con fantasías, lágrimas y anhelos durante quizás una eternidad.
Quieres querer pero no quieres, quieres sentir pero no puedes, quieres huir pero no te atreves, quieres llorar pero no debes, quieres gritar pero te ahogas. La diferencia es que, ahora, sois marido y mujer. Habéis firmado de mutuo acuerdo vuestra conformidad a continuar por la senda de lo frívolo y trivial, de la penitencia y la resignación. Habéis decidido seguir adelante sin mirar hacia atrás. Mientras, yo me comeré un bocadillo de rata de Singapur rebozada con callos y mortadela con alubias .Patxi Sagarna



miércoles, 3 de octubre de 2018

La TRIPLE A sigue entre nosotros


Estaba viendo esa magnífica película de Juan Antonio Barden: SIETE DIAS DE ENERO. Trata de una serie de sucesos acontecidos durante aquellos días de aquel oscuro y gris mes de 1977, y que culminaron con la matanza de Atocha, en la que fueron asesinados 5 abogados laboralistas. La acción terrorista fue reivindicada por la Alianza Apostólica Anticomunista (TRIPLE A).Esos mismos apostólicos que hoy se reúnen en torno al Valle de los Caídos a rendir culto a Franco. Los mismos que persiguen a Willy Toledo por cagarse en Dios, un concepto simplemente teológico e imaginario, pero que como concepto imaginario, arrastra muchos cadáveres a sus espaldas. Dios ni existe ni ha existido físicamente, es como ser perseguido por cagarte en Caperucita o el Capitán Nemo. Además, de ser cierta su existencia, estaría condenado a cadena perpetua por los genocidios y las barbaridades que se han hecho y se hacen en su nombre contra la humanidad.
Vivimos un septiembre negro, en dos días el terrorismo machista ha dejado su brutal huella,6 asesinatos, tres mujeres y dos niñas de 3 y 6 años. Ya no sé que me asombra mas, si la crueldad de los asesinos o la de este País, que parece haber empezado a asimilar esto como algo cotidiano con lo que tenemos que acostumbrarnos a convivir, como la corrupción y el envilecimiento.
 En este septiembre negro, también hemos podido observar la impunidad en la que se pueden mover ante la “justicia “ciertos sujetos fascistas al día de hoy, tanto o más que en aquellos días oscuros de 1977. Aznar (por poner un ejemplo cercano en el tiempo) se permitía el otro día, con la chulería y la arrogancia que le caracteriza y ante LA COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN, reírse de todo un País entero (votantes suyos incluidos) asegurando que: España no participo en la guerra de Irak, es más, que no mando ni un solo soldado. También aseguro no conocer a Francisco Correa, que viene a ser algo así  como si yo dijera que: no conozco al batería de mi grupo. Unas declaraciones que, dejan ver a las claras el nivel de humillación ,ofensa y desprecio al que le someten al pueblo al día de hoy, como si aquí tendríamos todos amnesia colectiva degenerativa pero…de derechas.
No, no estamos en 1977, ni en aquel oscuro mes de Enero, estamos en septiembre del 2018.Pero alguien dejó esto atado y bien atado. No es para cagarse en Dios?Patxi Sagarna