Una vez la madre de una amiga me dijo hace tiempo “tienes
mucha dramática parda Patxi “en ese momento no entendí el significado de
aquellas palabras, años después me volví a cruzar con aquella señora en un
concierto de Luz Casal, paso me miro y sonrió como queriéndome recordar aquella
frase que yo para entonces 20 25 años después ya había comprendido.
Un sin fin de experiencias en la vida con las que contabas
unas veces sí y otras no han hecho que otras tantas veces te adelantes a lo que
va a ocurrir con la suficiente
antelación como para que no te pille cagando y sin papel, reconoces las que
vienen con sorpresa debajo del brazo, sabes que una acción trae tal
consecuencia, que aquella palabra que acabas de escuchar no está dicha por
capricho si no que tiene una intención, tu intuición reacciona en forma de
alarma al observar ciertas actitudes o conductas, sabes lo que quiere decir una
cara o lo que te espera detrás de una sonrisa o de esa lagrima camuflada entre
el maquillaje o la confusión, sueñas muchas veces con equivocarte, piensas que
el mundo ha cambiado y que tus “reglas” o tu olfato han quedado obsoletos, te
intentas confundir o aliviar a ti mismo, pero es miércoles y ya sabes de qué va
el domingo.
Tu mente adivina ya con tal precisión que es capaz de asombrarte a
ti mismo, puedes visualizar algunas cosas con tal exactitud que cuando ves que
das con el dardo en la diana te acojonas de la capacidad que tienes de
adelantarte a los acontecimientos. Tus sentidos han asimilado y absorbido
conductas de lo cotidiano o de lo muchas veces malvado que te alertan del
temporal antes de que este llegue a las “costas”, has aprendido el lenguaje de
los Dr. Jekyll Mr. Hyde, de los que te venden en cualquier esquina y por
cualquier circunstancia, de esos que se otorgan un plus de inteligencia sobre
ti y el resto del mundo, de los que te quieren mientras te desangras…y lo peor
de todo es el careto que tienes que forzar mientras te intentan colar alguno de
sus grandes éxitos, a veces tienes que echar una sonrisa forzada o tragar
saliva, o callar o disimular mientras te fumas un cigarro o una cajetilla entera
uno detrás de otro, o a lo mejor en ese instante estas de suerte y alguien te
llama por teléfono y puedes torear la situación
y tomarte un respiro y así capear la cornada de una forma un poco más
digna…y por fin llega el momento que te quedas solo, vas al baño y te refrescas
la cara y te miras al espejo como aquellas mañanas de tremendas resacas con la
diferencia de que esta vez te sale una leve sonrisa de tus labios y es entonces
cuando te fumas un cigarro en silencio, porque muchas veces no hace falta que
te cuenten nada para saberlo todo……y mientras me como un bocadillo de mermelada
con vainas e hígado de tortuga con guarnición . Patxi Sagarna