lunes, 17 de octubre de 2022

EL FENOMENO DE LAS BANDAS TRIBUTO

 La verdad es que no tengo una opinión muy bien formada sobre el fenómeno de las bandas tributo. A veces soy victima de mi propia contradicción. Así que, quizás, con este escrito me aclare yo mismo.

Entiendo como banda tributo a un grupo de músicos que se juntan para rendir homenaje a un cantante o a una banda ya desaparecida, y que lo hacen con el respeto y la veneración que ésta o éste se merece. Y digo ésto porque algunos se limitan a copiar gestos, movimientos, vestuario y poco más. He de reconocer que algunas de estas bandas han logrado un perfeccionamiento tal en la ejecución  que uno, si cierra los ojos, le puede costar distinguir la original de la pura imitación .Y es que todo hay que decirlo: muchas de estas bandas tienen en sus filas unos músicos de una calidad  notable que ejecutan  las canciones de una forma escandalosamente exquisita. Y es aquí donde me surge la primera pregunta: ¿Por qué este tipo de intérpretes no hacen canciones propias? Supongo que no lo hacen porque de esa manera no llenarían los recintos nada despreciables que bajo el abrigo y la sombra de otra banda célebre pueden permitirse llenar. Después, cuando uno ve el extenso calendario de fechas de muchos de estos grupos y el dinero que vale la entrada por uno de sus espectáculos, es entonces cuando mi criterio sobre este fenómeno empieza a tambalear, más y cuando la mayoría de estos grupos tributan a bandas que aún están en plena actividad o apogeo. Es cierto que aquí también se podrían hacer algunas excepciones. Me explico: hoy en día entre ver a Bon Jovi o a una banda tributo a los de Jersey, creo que la segunda opción saldría mas rentable en todos los aspectos. Por otro lado, y por irnos a otro extremo, de Freddie Mercury o QUEEN ni hablamos. Cualquiera con un pantalón vaquero y una camiseta de tiras blanca se ve ya capacitado para subirse a un escenario a cantar las composiciones del gran Freddie. Lo que empezó con respeto y admiración ha terminado en un cataclismo en el que casi se ridiculiza al extraordinario frontman. No sé si aquí el efecto de la película ha tenido algo que ver o no, en todo caso la mejor banda tributo en este momento a Queen son los propios Queen. Aunque hay días que en esta cuestión también tengo mis dudas. No todo vale, aunque estés en tu derecho.   

Aquí, a nivel estatal, por lo que veo, cada banda medianamente famosa ya cuenta con un sinfín de duplicados. Alguna vez he coincidido con algunos de estos grupos, y algo que me resultó curioso fue observar que algunos están tan engullidos en el artista al que imitan, que sospecho que han terminado teniendo un problema serio de identidad o doble personalidad. Muchos de sus integrantes parecen estar cómodos en esta especie de popularidad un tanto artificial  y engañosa. Pero, en definitiva, no nos engañemos, éste fenómeno ha venido para quedarse y se esta implantando con una solidez inquietante. De hecho, ya se pueden ver carteles de festivales que son casi exclusivamente de bandas de este perfil. Además, cuentan con sus respectivas agencias de contratación, manager y toda esa cuadrilla de atracadores sin escrúpulos que rodean a este negocio.  Es difícil ver ya un acontecimiento rockero que no incluya este formato en su cartel. De todas formas, si esta manera de hacer música está tan integrada entre nosotros es porque tienen su público. Como también es cierto que el dinero que se embolsan por cada actuación es un tanto amoral. Pero como imagino  que estas bandas no merman ni público ni ingresos a las bandas originales, las sangre nunca llegará al río. Así que vayamos acostumbrándonos.

Que cada uno saque sus propias conclusiones. Yo, mientras, me comeré un bocadillo de acelgas con paté apis  relleno de pelos de sobaco en salsa de chorongo de lagarto gratinado. Patxi SAGARNA.