lunes, 5 de mayo de 2014

La resaca del 1 de mayo y los patrioteros de taberna

Celebrar el 1 de mayo en un país como este tal y como están las cosas es como si un enfermo terminal celebra su agonía hacia la muerte. Con todas las personas que he hablado y que han acudido algún acto conmemorativo, todas tenían algo en común, la comilona de después, unos tenían mitin-comilona, otros manifa y comilona o manifa concierto y comilona, otros sidreria, y otros manifa folklorico festiva con comilona después, y luego guardamos las chapas, las banderas y las camisetas en al armario y hasta el año que viene. Pero ya sabéis, en este país se soluciona todo con el codo apoyado en la barra de un bar, y ya con la lengua ligera por los tintos o las cañas, entonces nos convertimos en unos patrioteros de taberna, tenemos ”cojones para todo” pero cuando el alcohol esta en su pleno apogeo. Alguien dijo eso de que “el vino envalentona a los cobardes”. Ni siquiera se puede decir lo de ”son los mismos perros con diferentes collares” por que es un insulto a tan noble animal, los perros ladran, muerden y defienden su territorio con uñas y dientes.
La derecha nos viola impunemente y sin necesidad de vaselina por que nosotros volvemos a poner el culo una y mil veces. Siento repugnancia hacia ciertos lideres sindicales que nos han vendido al capitalismo y a la patronal sin que les tiemble el pulso, y ahí están, a pie de pancarta, defendiendo los derechos de no se que ni quien.
Me encuentro con Manuel, tiene cerca de 90 años, rojo, de izquierdas hasta la médula, toda una vida comprometido con la lucha y le pregunto: que Manuel ¿no has ido a la manifestación del 1 de mayo? levanta la cabeza y entonces me mira, observo que se le cae una lagrima mientras con su mano me acaricia la cara, y a mi que queréis que os diga, se me cae el alma al suelo.
 patxi sagarna