lunes, 6 de mayo de 2013

TANTA ORGANIZACION Y TANTA OSTIA

SI amigos,vivo en un pueblo donde no hay fin de semana que no se organicen una o varios eventos,es el pueblo con mas organizadores por metro cuadrado del país, incluso hay familias de cuatro personas en las que los cuatro pertenecen a organizaciones diferentes y entre ellos ya están pensando organizar una organización de organizadores. Como vivo en el centro me trago todos los eventos, pero lo que mas me suele gustar es asomarme al balcón para ver los preparativos, me suele gustar fijarme en la cara del organizador u organizadores, ponen cara de sufridos, de sacrificados, de preocupados, de reflexivos, andan de un lado para otro (que se les note).
Son capaces de hacer todo eso que no hacen en casa, barrer, fregar platos, subirse a un árbol, limpiar mesas, montar tarimas, desmontarlas, cocinar, servir... van a "corazón abierto" tienen que demostrar lo que valen, lo duro que es ser organizador, ademas siempre intentan impresionar con sus modales a alguna organizadora separada de otra organización y que anda por allí.
Casi siempre están los mismos,sus organizaciones tienen diferentes siglas pero los organizadores son casi siempre los mismos, son organizaciones sin animo de lucro pero con animo de ligue, creo que el fondo de todo este asunto es el sexo. No me creo que a muchos de los que andan por ahí les interesen muchas de las cosas en las que andan metidos, creo que llevan una segunda intención debajo del brazo, no creo en esa capacidad solidaria repentina. Lo mismo se solidarizan con los negros, con los afectados por el síndrome de Maria Teresa Campos, con las viudas de Afganistan, que con los cojos de Zamora. Pero cuando tienes el síndrome del organizador cualquier pretexto es bueno para salir en la foto, para que vean lo que te preocupan todas las causas del mundo, tu corazón solidario. Por un día son los héroes del pueblo o para el pueblo, han dejado sus que haceres habituales para consagrarse de lleno en actividades de todo tipo, entre sus filas siempre hay mas de un tonto al que le embarcan las tareas mas pesadas pero con menos protagonismo. Después de terminar el evento les gusta pasearse por los bares del pueblo para que la gente les jalonee su pericia y les diga lo grandes y humanos que son, y así en esa borrachera de protagonismo y alcohol ya se preparan para organizar el siguiente asalto. Así que estoy pensando organizar una organización de organizadores que organicen tanta desorganizacion... lo malo es que me termine gustando esto de hacer fuera lo que no soy capaz de hacer en casa.